“El sistema de salud público es como un cadáver en descomposición”

“El sistema de salud público es como un cadáver en descomposición”

Pablo Zambrano

 

Cadáveres de pacientes se descomponen en pasillos de hospitales capitalinos mientras los centros asistenciales mueren de mengua por falta de insumos. No se trata de la sinopsis de una historia de terror: constituye la macabra realidad que reina en las instituciones públicas a las que compete el derecho constitucional de atender la salud ciudadana.

Nota de prensa

Así quedó corroborado este jueves en Caracas, cuando a las puertas de la sede de la Secretaría de Salud del Distrito Capital, en pleno centro metropolitano, dirigentes sindicales, acompañados por familiares de pacientes – todos ellos, afectados por la crisis del sector -, manifestaron para reclamar tanto por el derecho al trabajo digno de unos como por la solución de los graves problemas de quienes se encuentran recluidos, entre otros, en los hospitales Periférico de Los Magallanes de Catia, José María Vargas (Cotiza), Coche, Psiquiátrico (Lídice), y Pérez Carreño (La Yaguara).

“Aquí tengo el informe de un paciente fallecido cuyo cuerpo se reventó en uno de los pasillos donde lo dejaron, toda vez que la morgue tiene tres años dañada, y todo se contamina. Nos mandan a limpiar con agua – últimamente, oxigenada – porque no hay desinfectantes, ni utensilios de limpieza, ni siquiera bolsas para sacar la basura”, denunció Carmen Vielma, representante del Sindicato de Trabajadores del Periférico de Catia (Hosp. Ricardo Baquero González), agregando que a la falta de insumos se suman los precarios sueldos que recibe el personal obrero.
“Los 30 millones de habitantes del país estamos sometidos a la aguda situación de tener que parar en un hospital si nos pasa algo y resulta que, incluyendo los ambulatorios, las instalaciones se encuentran en condiciones deplorables. Lo que queremos es que el gobierno – que siempre califica cualquier auxilio de ‘intervención’ -, nos atienda pero también estamos dispuestos a colaborar”, dijo, a su vez, Pablo Zambrano, miembro del secretariado ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud).

Al efecto, anunció la apertura de un “canal humanitario” por iniciativa del gremio que labora en dichos recintos. “Le solicitamos a los organismos que puedan colaborar – desde el PSUV hasta los partidos opositores, la Asamblea Nacional, Fedecámaras, la Iglesia – que nos ayuden con medicamentos, cloros, mopas, escobas, bolsas negras y patológicas, guantes, tapabocas, camillas, sillas de ruedas, etc., para nosotros poder prestar debidamente el servicio”.

“Si el gobierno nacional no puede, nosotros como trabajadores tenemos que pedir porque no podemos seguir viendo que se nos mueran los pacientes en los hospitales”, reclamó.

La enfermedad del ‘mal pago’

Asimismo, al referirse la situación laboral, dijo que “por falta de recursos el Ejecutivo centralizó la nómina y por eso nos pagan mal los salarios y eliminan los cargos vacantes y las contrataciones. Sin embargo, observamos, que llegan contrataciones de altos niveles con ‘paracaidistas’ a trabajar en detrimento de quienes merecen los puestos. Eso no es socialismo sino humillar al personal”, destacó, afirmando que ya no creen en las denominadas ‘mesas de trabajo’ porque ellos no son “carpinteros”, y esa iniciativa lo único que hace es frenar la legítima protesta.

“A Maduro, a la ministra, si quieren vamos al Vargas, que digan cuándo; si quieren recorremos las morgues de los hospitales; revisamos las ambulancias – la única que está medio reparada se encuentra en Los Magallanes. Además, en los hospitales reina la corrupción, también la de algunos directores. Aquí tiene que acabarse la solidaridad política”, espetó el alto vocero.

“Los baños están contaminados, los médicos trabajan con las uñas, solo se cuenta con cloro para limpiar los cristales. Ayer sacaron tres bolsas con pollos dañados y los lanzaron a la basura. Por otra parte, allá, al Periférico, arribó la Guardia Nacional Bolivariana en medio de una acción de calle para amedrentarnos con su presencia, pero nosotros estamos dispuestos a seguir haciendo un llamado de alerta por el caos en el sector salud”, advirtió a las autoridades el portavoz gremial José Luis Espitia.

No acaban las cuitas: para Ivón Muñoz, delegada obrera del hospital Vargas, “hay personas que están abandonadas por sus familiares como perritos. No hay paños, sabanas, pañales. Nosotros los venezolanos somos buena gente por naturaleza y le requerimos a quien pueda hacer un donativo que lo haga, para salvar a nuestros pacientes, para que no se contaminen los hospitales”, demandó.

A su vez, Peter Contreras, directivo del Sindicato de Hospitales y Clínicas, al referirse a lo que ocurre en el Psiquiátrico, señaló que “la salud está en las mismas condiciones que la mente de los pacientes. En ese recinto, escasean los fármacos, la ropa de quienes allí permanecen; están mal atendidos, pues”.
Finalmente, se conoció, en torno al Pérez Carreño, que se suman tres semanas sin intervenciones quirúrgicas por deficiencias del banco de sangre respectivo. La misma de la cual carecen quienes están obligados a dotar a los hospitales de la ciudad con los insumos necesarios.

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