“Radicalizar la revolución no resolverá los graves problemas que aquejan al país aun cuando los precios del petróleo se dispararan a 200 dólares por barril. Solo sincerando la economía, flexibilizando los controles de cambio y de precios, revirtiendo las expropiaciones y confiscaciones, parando la regaladera de recursos a otros países con el único fin de comprar solidaridades e incentivando la producción nacional, Venezuela comenzará a salir del foso en el que estamos metidos”.
La consideración la hizo el dirigente regional de Primero Justicia Bolívar, Braulio Merino, a propósito del último cambio ministerial hecho por Nicolás Maduro al sustituir a Miguel Pérez Abad por Carlos Farías en el Ministerio de Industria y Comercio.
Pérez Abad ocupó la cartera de industria y comercio en enero de este año cuando Maduro reestructuró el gabinete económico y durante su gestión propuso que la solución a la crisis pasaba por la unificación cambiaria, la flexibilizando del control de precios y la devolución de empresas expropiadas por el gobierno a sus antiguos dueños o a quien pagase por estos medios de producción.
No obstante, la oferta fue mal vista por quienes se encuentran en el ala radical del Partido Socialista Unido de Venezuela, en particular Diosdado Cabello y Elías Jaua que criticaron no solamente a Pérez Abad sino al presidente de Petróleos de Venezuela, Eulogio del Pino por haber formulado un planteamiento similar en cuanto a los expropiaciones de empresas y tierras.
Merino, quien es economista de profesión, señaló que el boom petrolero que experimentó Venezuela en por lo menos 14 años nos convirtió en un país donde el beneficio económico era captar dólares producidos por las exportaciones petroleras y no en la producción nacional
“Si se aprobara la unificación cambiaria, los boliburgueses, bolichicos o enchufados saldrían perdiendo, pues la mayoría de ellos han hecho sus fortunas luego de recibir dólares preferenciales, destinados para cubrir supuestas importaciones, que colocaron en paraísos fiscales o posteriormente vendieron en el mercado paralelo”, explicó.
Si el gobierno nacional le diera el visto bueno a la flexibilización de precios o a la eliminación del “precio justo”, se sinceraría la cadena de producción y muchos rubros de la canasta alimentaria hoy desaparecidos de los anaqueles, comenzarían a aparecer. “Los precios actuales tienen un rezago de muchos años. Todo control genera desequilibrios, pues no toma en consideración la elevada inflación que el propio gobierno ha fomentado. Mientras exista un control de precios habrá escasez, desabastecimiento e inflación: muchas personas persiguen escasos bienes, lo que hace que su precio se incremente”.
Devolver las empresas y tierras expropiadas a sus antiguos propietarios o a grupos que deseen ponerlas operativas, es otra medida que, a juicio de Merino, Maduro debe considerar porque “está demostrado que todas las empresas, industrias y tierras arrebatadas por el gobierno redujeron considerablemente la productividad”.
El dirigente regional de PJ Bolívar puso algunos ejemplos: gobierno es dueño de procesadoras de harina de maíz y hoy la única marca que se consigue en el mercado es la Harina Pan de empresas Polar; el gobierno se adueñó de los ingenios y hoy la escasez de azúcar ronda un porcentaje cercano al 80%; el gobierno expropió las torrefactoras que operaban en el país y hoy se está consumiendo café proveniente de Brasil o algunos de fabricación artesanal; el gobierno se apropió de las cementeras y hoy no se consigue un saco de cemento regulado para levantar un techo, mientras las mafias se pelean por el control de los cupos.
Finalmente, el dirigente justiciero llamó a la reflexión a quienes ostentan el poder y los invitó a apostar por la producción nacional y por el capital humano. “No esperen que los precios del petróleo vuelvan a subir, no crean que la explotación peligrosa del Arco Minero les va a aportar los recursos necesarios para reflotar este modelo fracasado. Todo socialismo, todo comunismo fracasa en la medida en que se acaban los recursos que sustentan en el poder al grupito de corruptos. Miren el caso de la extinta Unión Soviética y el de la China comunista. Millones de personas murieron de hambre y enfermedad, mientras una tropita manejó y robó recursos incontables que hoy disfrutan sus descendientes con total desparpajo. La nieta del líder de la China comunista Mao Tse Tung, es la mujer más rica de China y vive como una burguesa, como una aristócrata roja”.