La trampa estafa y engaño del Consejo Nacional Electoral, ratifica y exponencia la cobardía e irresponsabilidad del régimen autocrático militarista que desesperado por la decisión y convicción de los demócratas venezolanos ya no encuentra ardid posible para impedir lo que es un hecho político histórico como lo es el Referendo Revocatorio a Maduro. Después del lunes primero de agosto, no cabe la menor duda de que el RR grita por un liderazgo competente que acometa responsable y sabiamente el direccionamiento y cuerpo de acciones pertinentes para lograr su realización.
El RR nació del 6D y desde entonces ha venido creciendo y seguirá creciendo. Hoy clama, invoca y demanda de un cuerpo de líderes. Líderes que anclados en la espíteme y en la doxa, sean capaces de acometer acciones políticas con motivo, dirección y sentido para conducir la realización del RR; líderes que expresen su decisión inequívoca para ejercer el poder plano sobre el cuerpo societal, organizarlos, crear cuadros, adoctrinar y dirigir a casi diez millones de demócratas convencidos de la necesidad del RR para la reinstalación de la democracia.
Reinstalar la democracia mediante el RR, empleando la Constitución y el cuerpo de leyes vigentes, pero también convocando a los “otros” que siguen teniendo espacio y derecho a convivir y a formar parte de esta nación atribulada por bárbaros que han confundido la política con la táctica. Bárbaros, pero además ignaros y torpes que enfurecidos y afiebrados, han perdido la sindéresis y se asemejan a pandilleros cercanos al dolo y a la corrupción, pero nunca a la función noble y cierta del líder.
El líder que clama el RR es aquel que asimila el ambiente político real, el que otea el devenir político inmediato y futuro, que está ubicado en el espacio societal del sistema político venezolano, que le sobra coraje sensibilidad y genio para organizar y conducir a la mayoría de los venezolanos que hoy se sienten ultrajados por un gobierno que más parece una banda delincuencial solicitada por la policía internacional, vergüenza del gentilicio del venezolano. El líder que implora el RR es aquel que entiende del reclamo del venezolano para vivir decentemente y que no está dispuesto a continuar con un régimen vergüenza y muestra del primitivismo político.
El líder que reclama el RR, desde el lunes primero de agosto, tendrá que ser un actor principalísimo del momento político que crece en dificultades, riesgos e incertidumbre y que por lo tanto obliga a la conducción, al adoctrinamiento y a la motivación para llegar al RR. El poder que reclama el RR tiene que brillar por su inteligencia, coraje y sentido de la oportunidad para motorizar masas que hagan posible la transición, el líder que clama el RR tiene que entenderse como un hombre de Estado, consiente de la historia y cercano a una visión futura que sólo y sólo será posible por la ejecutoría de sus tareas que deben ser propias de un estadista.
El líder que clama el RR será entonces un conductor que guíe al cambio político como respuesta civilizada al fracaso de 17 años de subpolítica, corrupción y despotismo que fue derrotado el 6D. El líder por el cual gritan los demócratas será un vocero que oye y entiende el estruendo democrático después del primero de agosto, que interpreta la decisión inequívoca de que el Referendo Revocatorio se haga en 2016 para así consolidar el cambio político categórico. Ese cambio político categórico que no es otra cosa más que la reinstalación de la democracia.
El líder reclamado, el líder convocado tendrá que oír el clamor, será capaz de organizar, será vocero de los demócratas, será conductor de acciones políticas, hará posible el RR, y después será factor fundamental de la transición política y del reordenamiento de la ecuación en la cual la democracia ordenará las acciones de gobierno para contener el gran sufrimiento que ha afectado a los venezolanos por 17 años. El líder por el cual clama el RR reside en hombres y mujeres responsables por actos políticos, con gran amor por los venezolanos y sentido de la historia, por un país que sufre por el asalto y desvergüenza de un grupo sedicioso que ha confundido el poder con la fuerza y requiere de la lección de un liderazgo político emergente que avizore, como estadista, la nueva democracia para los venezolanos.
Es auténtico,
Dr. José Machillanda
Director CEPPRO
@JMachillandaP