Pero también la semana pasada celebramos los 195 años de la Batalla de Carabobo, la cual, como en pocas oportunidades anteriores, no se celebró en el propio campo carabobeño sino en una surte de encerrona en Fuerte Tiuna, en el patio de las Escuelas. Jornada triste y melancólica que presagia el cambio que se avecina. No entiendo cómo, ni por cual razón, el gobernador de Carabobo y las fuerzas “vivas” de ese Estado, permitieron que esto sucediera. Se trata de la más emblemática de las batallas independentistas que culminaron con la del Lago de Maracaibo y la capitulación definitiva de Morales que puso fin a la guerra.
Dentro de este contexto, el 24 de junio debería celebrarse también como el día de José Antonio Páez, verdadero héroe de la Batalla, ascendido a General de División por El Libertador en el propio campo al terminar el enfrentamiento. Sin desconocer la verdadera naturaleza de los distanciamientos posteriores entre Bolívar y Páez, no vacilo e considerar a este último como el verdadero fundador de la República de Venezuela, a partir del ejercicio de la Presidencia en 1830.
El régimen gobernante ha tratado por todos los medios, lícitos e ilícitos, de alterar la historia para presentar a Páez como un traidor que merece desprecio y no nuestra más profunda admiración y respeto. Su vida y obra, su historia y merecimientos han sido eliminados en los acomodaticios textos de historia que se imponen a nuestros niños y jóvenes. Se trata de otro crimen contra la patria que debemos denunciar. Invito a todos los venezolanos, viejos y jóvenes, a repasar la historia. José Antonio Páez debe ser integralmente reivindicado.
Sábado, 25 de junio de 2016
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