Pedro Castro Guillén: El chavismo entre el radicalismo y la distensión

Pedro Castro Guillén: El chavismo entre el radicalismo y la distensión

thumbnailpedrocastroEl régimen no hace otra cosa desde su monumental derrota del 6D en las elecciones parlamentarias que perder oportunidades para un viraje radical de la política del socialismo del siglo xxi, que esta demoliendo sus posibilidades de permanecer en el poder. Se ha empeñado en aferrarse a explicaciones delirantes propias de un socialismo zombi: guerra económica, intervención imperialista, etc., que se deshacen aceleradamente con los nuevos acuerdos entre EE.UU. y Cuba.

El oficialismo mientras más hace resistencia al cambio que pide el país, alrededor de un 92% de la población cree que la situación del país es muy grave y más de 80% quiere un cambio radical en el actual cuadro generalizado de crisis económica, política y social del país. En vez de evitar el enfrentamiento institucional tomando la iniciativa del acuerdo, lo estimula en la peregrina creencia de que puede convertir al Tribunal Supremo de Justicia en la punta de lanza de su ofensiva institucional que conduzca a la anulación o a la eliminación de la nueva Asamblea Nacional.

En nuestra opinión, el régimen libra una batalla de retaguardia, donde no tiene oportunidad de victoria porque las fuerzas nacionales e internacionales que operan en su contra son para este mermadisimo régimen del socialismo del siglo xxi de carácter insuperable. Donde lo más evidente son las nuevas relaciones entre Estados Unidos y Cuba, que dejan a las fuerzas de izquierda mundiales y continentales sin narrativa ideológica, la insistencia del Papa en la necesidad de un dialogo entre los venezolanos para evitar salidas violentas, y lo más importante es que la aceptación del Presidente Nicolás Maduro  confronta el rechazo de alrededor de un 82% de los venezolanos.





Esto deja al régimen para su supervivencia autista sólo con la posibilidad de tomar medidas de excepción o sobrevenidas para las que las posibilidades de éxito dado el componente estructural de fuerzas en el Siglo XXI son cercanas a cero por no decir ninguna.

Con lo que, en estricto sentido, el realismo le debería imponer al régimen la misma voluntad que la MUD de resolver la crisis del país por la vía de un acuerdo pacífico, Constitucional, democrático y electoral. Ello supone mostrar la voluntad para un acuerdo nacional que permitiera un nuevo juego de fuerzas políticas para enrumbar la economía por un curso distinto que permita la recuperación del país y restablecer la institucionalidad democrática plena. O permita que se abran los caminos electorales previstos en la  Constitución que puedan conducir a un cambio de régimen sin el traumatismo de la violencia de un enfrentamiento sangriento entre venezolanos.

Hasta ahora, lamentablemente por lo menos en el discurso público, los principales representantes del régimen no han dado muestras de querer permitir una salida pacífica, Constitucional, democrática y electoral, con lo cual la Nación vive una situación de enervación generalizada, que sólo puede resolverse si las fuerzas internacionales y nacionales logran someter al régimen a una negociación sobre el cambio. Eso creo es lo que está en curso.

Pedro Vicente Castro Guillen        @pedrovcastrog