Aura Marina Palermo: ¿Vuelve el permuta o la ruta es la comuna?

Aura Marina Palermo: ¿Vuelve el permuta o la ruta es la comuna?

thumbnailAuraMarinaPalermoNo todas las personas están sometidas a los mismos flujos de información, generalmente, se apoyan en ideas o hechos preconcebidos por sus creencias, medios de comunicación, aprendizaje y experiencia, a veces omitiendo información o pequeños detalles por considerar que son de lógica realización, y por lo tanto los dan por “OBVIOS”, sin tener en cuenta que sus contextos reales pueden ser muy diferentes de lo que se cree. Este sentido de lo “lógico”, genera un bloqueo de datos vitales para procesar correctamente la información, reducir errores, y evaluar y minimizar los riesgos.

Esto puede hacer que se desarrolle una matriz de despiste y fragilidad fundamentada en “creencias” y “obvios”, lo cual es riesgoso en cualquier escenario pero aun más en un entorno determinado por estrategias “no convencionales” que tienen como objetivo, nada y nada menos, que el cambio de modelo económico de la nación con mayores reservas de petróleo del mundo, y con indicios de lo que pudiera ser una gigantesca reserva de coltán y una gran riqueza en uranio, entre otros minerales geoestratégicos indispensables como punta de lanza para los planes en marcha de empoderamiento regional de la izquierda castrista latinoamericana, agrupada en lo que se denomina “Socialismo Bolivariano del Siglo XXI”.

Por naturaleza tendemos al optimismo, evolutivamente esto nos ha permitido sobrevivir. El escepticismo en cambio, exige esfuerzos de comprensión. Se puede actuar frívola o alocadamente en las cosas pequeñas. Ahora bien, cuando se trata de asuntos importantes como lo es la crisis económica, política y social que vive Venezuela y también Latinoamérica, entonces en contra de lo que sería nuestra propia naturaleza optimista, debemos echar mano del escepticismo para analizar y poder evaluar los riesgos, aunque por instinto en los momentos más difíciles, nos aferremos a nuestras “creencias” y “obvios”.





Lo cierto, es que del análisis y estudio de la historia viva y el Proyecto Nacional Simón Bolivar (1999-2019), aflora todo lo contrario a lo que suponemos como “obvio”, y veamos a que me refiero con ello.

El enemigo del socialismo/bolivarianismo del siglo XXI es el capitalismo, está en los hechos desde la Agenda Alternativa Bolivariana de 1996, Chávez declaró la insubordinación del Estado contra el capitalismo y el inicio de un proceso de cambios en Venezuela, orientado hacia la construcción del Proyecto Nacional Simón Bolivar y el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, en un plazo de 20 años (1999-2019).

Proceso paulatino de cambios que se ha dado bajo la modalidad de Revolución Pasiva -lo que István Mészáros denomina “Injerto Socialista”- el cual sigue como directrices, los objetivos plasmados públicamente en el Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007/2013, el Proyecto Simón Bolivar y el Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, este último publicado en Gaceta Oficial con el nombre de “Ley del Plan de la Patria”, ley donde los objetivos a lograr son:

I.- La refundación de la nación venezolana con los valores y principios más “avanzados de las corrientes humanistas del socialismo” (Nueva Ética Socialista).

II.- Se persigue que todos los ciudadanos vivan en similares condiciones, mediante la construcción de una estructura y modelo social “incluyente productivo, humanista y endógeno” (La Suprema Felicidad Social).

III.- Consolidar la organización social y el “poder originario del individuo” (Democracia Protagónica Revolucionaria).

IV- Eliminación de la división social, estructuras jerárquicas y la satisfacción de las necesidades humanas, por encima de la riqueza subordinada a la reproducción del capital (Modelo Productivo Socialista).

V.- Modificación de la estructura socio-territorial de Venezuela, con el objeto de la articulación interna del modelo productivo al modelo de desarrollo territorial desconcentrado, definido por ejes integradores, regiones-programa, un sistema de ciudades interconectadas y la sustentabilidad ambiental (Nueva Geopolítica Nacional).

VI.- La riqueza energética del país como estrategia para el “uso soberano” de los recursos con la “integración regional y mundial”, para la consolidación del modelo productivo socialista, la satisfacción propia de necesidades de energía y la generación de inversiones productivas internas (Venezuela Potencia Energética Mundial).

VII.- Creación de nuevos polos de poder internacional que representen el quiebre de la hegemonía unipolar, en la búsqueda de “justicia social, solidaridad y garantía de paz” (Nueva Geopolítica Internacional).

En el Proyecto Nacional Simón Bolivar/Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, no hay espacio para la tolerancia ideológica y política, y mucho menos para el modelo capitalista, porque para la doctrina chavista:

“la base económica de un país capitalista no es democrática, es antidemocrática, es excluyente, y de allí la generación de riqueza y de grandes riquezas para una minoría, una élite, la gran burguesía, los grandes monopolios, y de allí también la generación de la pobreza y la miseria para las grandes mayorías” Jorge Giordani (2014).

De todo esto se deduce, que la convivencia del socialismo bolivariano del siglo XXI con el modelo democrático capitalista es de carácter temporal, y obedece a la etapa de transición a la revolución y el socialismo, que se viene construyendo como ya mencioné, aplicando la estrategia del “injerto socialista”, en donde cada estrategia, maniobra, táctica, acción, medida, decreto, lineamiento, ley ordinaria o habilitante, y ahora, con el decreto de emergencia económica socialista, se avanza en el objetivo de la edificación del socialismo hasta culminar con la destrucción total del modelo de democracia de mercado, para refundar la “Republica Bolivariana Socialista de Venezuela” sometida a un modelo de “Democracia Revolucionaria Socialista” con su “Estado Comunal”.

Como podrán observar, la estrategia de construcción del socialismo en Venezuela no es la convencional de la vía insurreccional y frontal, sino que se ha dado por la vía de una revolución pasiva, y con maniobras y tácticas no convencionales, en donde se le ha permitido avanzar cómodamente con el apoyo, no sólo de las bases, sino gracias a la incapacidad de unas elites políticas, económicas y sociales, que se limitan a catalogarlo todo como “paja socialista”, sin advertir que esa aparente “contradicción existencial”, en donde por un lado se habla de socialismo, y por el otro se desata la fiesta del dólar y otros jugosos negocios, es una estrategia política para inducir adicción irremediable a la renta petrolera por parte de la producción nacional, y así ir preparando el terreno para, llegado el momento oportuno de la caída de los precios del petróleo y la “tormenta perfecta” en los mercados globales, dar el salto adelante de transición a la revolución y el socialismo, porque como el propio Chávez anunció: “Mientras más perfecta es la crisis que padece el capitalismo, más segura y despejada será la vía del socialismo venezolano hacia la independencia y grandeza patria”.

En los considerandos del Decreto de Emergencia Económica Socialista (estado de excepción económico) se expone la crisis estructural del modelo rentista y “la guerra económica y boicot por parte de la burguesía parasitaria”, como justificación para el cambio de modelo de rentista, a productivo socialista, con directriz estratégica referida al numeral IV del Proyecto Nacional Simón Bolivar, ya mencionado, cuyo eje de acción fundamentado en la “eliminación de la división social, estructuras jerárquicas y la satisfacción de las necesidades humanas por encima de la riqueza subordinada a la reproducción del capital” implica que: “El Estado conservará el control total de las actividades productivas que sean de valor estratégico para el desarrollo del país y el desarrollo multilateral y de las necesidades y capacidades productivas del individuo social” y que a su vez el “modo de propiedad de los medios de producción estará mayormente al servicio de los ciudadanos quiénes la tendrán bajo su pertenencia para así construir una producción conscientemente controlada por los productores asociados al servicio de sus fines” categorización esta del régimen de propiedad que ya había quedado plasmada ¡en 1996! en la Agenda Alternativa Bolivariana.

El modelo productivo socialista que se anuncia, estará conformado básicamente por las empresas de producción social, que constituyen el germen y el camino hacia el Socialismo del Siglo XXI, aunque persistirán empresas del Estado y empresas capitalistas privadas (solo bajo régimen de empresa mixta en donde el Estado posea el 51 % de la participación accionaria, y el resto la inversión extranjera, esto como parte de la estrategia de generar espacios para la complementación productiva y comercial con los países aliados y estratégicos).

El objetivo a materializar fundamentado en las directrices del Proyecto Nacional Simón Bolivar, y ahora con los poderes que le confiere a Nicolás Maduro el Decreto de Emergencia Económica Socialista, no es otro que el “Gran Objetivo Histórico” de la Ley del Plan de la Patria que tiene como propósito, continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, para lo cual el Presidente Nicolás Maduro viene anunciando que para este fin, se crea la Agenda Económica Bolivariana enmarcada en “el nuevo metabolismo de las base productiva del modelo Socialista del Siglo XXI”, engranada con la Agenda Venezuela-Cuba 2016-2030, cuyas metas apuntan a la “democratización” de los medios de producción, mediante el impulso de nuevas formas de propiedad, colocándolas al servicio de la sociedad y no del capital mediante un modelo de planificación central, en donde el sistema económico comunal jugará un rol protagónico para poder trascender de la acción local al ámbito de lo regional y nacional y así ir construyendo un subsistema de comunas, contrario a la lógica del capital, en donde las zonas económicas especiales serán una variante específica para potenciar y direccionar tensores del desarrollo.

Venezuela y Cuba tienen un rol fundamental en la geopolítica de la región, construyendo un lazo político, económico y social “fuerte y poderoso” para complementarse en el objetivo de la construcción de la “Patria Grande Socialista”, de allí que el eje Cuba/Venezuela se replica en Ecuador y Bolivia, alineando sus marcos jurídicos y políticas de Estado en la misma dirección, para unificarse en uno sólo: El Bolivariano del siglo XXI.

En conclusión, la Agenda Económica Bolivariana, es el esquema económico diseñado para romper con el modelo capitalista de forma definitiva, siguiendo un mapa que es el Proyecto Nacional Simón Bolivar en donde la ruta, no es “el permuta”.

Sino la comuna.

Aura Marina Palermo
Análisis de Entorno
http://apconsultinggroupintegra.blogspot.com/
@APIntegra

Referencias:

Pensamientos del Presidente Chávez. Compilación de Salomón Ref. 9, p. 83

Presidente Chávez: El 4 de Febrero salvó la vida patria y sembró la patria nueva