Crónica de una mañana en cola por huevo y arroz

Crónica de una mañana en cola por huevo y arroz

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El venezolano se ha caracterizado por ser amable, echador de broma, alegre y con mucha paciencia, ésta última, siendo la más importante de todas y que poco a poco se va perdiendo al pasar de los días.

Espíritu en alto y con ganas de comprar, 9:00am.

Hoy decidí acercarme a un abasto bicentenario para realizar la crónica de cuánto tiempo se pierde en cola para comprar un simple producto, mi sorpresa es que la cola del bicentenario de Palo Verde daba 3 vueltas a la manzana y no podía perder tampoco todo el día, me dirijo al de Plaza Venezuela, grave error… La cola salía del estacionamiento –recordemos que dentro del estacionamiento entran como 1000 personas- esta le daba la vuelta al establecimiento y llegaba hasta la autopista, tampoco me quede en esa cola.





LaPatilla

Al ver en jaque mi crónica, decidí acercarme a unos establecimientos privados a ver si podía hacerlo, me acerque al Central Madeirense ubicado en Bello Campo, Mun. Chacao, la cola no era tan irreal pero cumplía con lo necesario, este es el sitio para hacerlo.

Llegué alrededor de las 9:00am, tenía aproximadamente unas 150 personas por delante de mí y una relajante atmosfera auditiva de una construcción que hacía eco en mis tímpanos, era momento de hablar con mis vecinos de cola.

Delante de mi tengo a 2 muchachas que vienen juntas, trabajan en la misma oficina y se escaparon para ver que llega y que compran, detrás mío tengo una señora mayor y un joven con un casco de moto en la mano, en teoría, nadie sabía que había, pero si lo que buscaban, “lo que haya o lo que vaya a llegar”.

Ante esa incertidumbre al desconocer el producto a adquirir, hablo con la señora y el joven detrás mío, me comentan lo difícil que es conseguir productos básicos, la señora esta en búsqueda de pollo, carne, café, harina o atún. Por su parte, el joven esta en búsqueda de leche y compotas para su niño de 3 años de edad.

La señora me comenta que en Petare, Mun. Sucre, se consigue muchas cosas en bachaqueros pero a unos precios difícil de pagar, asegura que no tiene dinero para comprarle a ellos, pero dijo que de tenerlo, sin duda lo haría, “prefiero gastar más dinero, que perder el tiempo, ellos simplemente son la consecuencia a unas políticas económicas erradas”, dijo la señora.

El joven vive en el Centro de Caracas, llegó al Mun. Chacao luego de completar un tour de más de 5 supermercados buscando leche y compotas para su hijo, “normalmente hago esto todos los días, yo porque tengo moto y carro, pero ¿cómo hacen aquellos que no tienen? Esos si gastan y pierden más que uno”, comentaba el joven mientras se acercaba un empleado del establecimiento repartiendo números, eran las 9:30am.

Espíritu decayendo y con ganas de irme

“¿Su cedula?”, me preguntó educadamente –sarcasmo incluido- el trabajador, se la enseñé, vio que terminaba en 03, me entregó el número 181 y dijo que llegó huevo y arroz, muchos se emocionaron y comenzaron a hablar de los precios especulativos de la postura de gallina, otros como el joven y la señora detrás mío, simplemente se retiraron ya que no era lo que buscaban.

Continuo observando como entrega los números cuando unas personas se le acercaron, muy astutamente, diciendo que estaban en la cola pero que habían ido a comprar otros productos, esas personas tenían los números 179 y 182, intente buscar la lógica luego de estar 30 minutos en la cola y no haber visto a esas personas, en fin, me resigné y todos aceptamos que se nos “colearon”.

Eran las 10:30am cuando finalmente me encontraba dentro del establecimiento, en cola, pero en sombra. Pude observar personas mayores buscando estos productos, madres con ni??os en brazo, trabajadores, bachaqueros, enfermeras y todo tipo de persona, todos buscando productos regulados y hablando de lo mismo, la ineficiencia gubernamental.

Así se mantuvo el ánimo todo el trayecto, caminamos 5 pasillos y esperamos 30 minutos más, hasta que al fin, nos entregaron el tan preciado producto, ahora tocaba devolvernos para cancelarlo en la caja, eran las 11:00am.

Perdida de la dignidad y retirada

Camine unos pasos hasta encontrarme con el némesis de la historia, el archienemigo de los venezolanos, el antagonista de la historia, había que hacer otra cola para pagar.

En esta cola ya comenzaba a preocuparme, comenzaba a molestarme, el cerebro en este punto se activa a toda velocidad, más cuando no has desayunado y estás cansado, así me encontraba, cansado y molesto, como se sentirán las personas de la tercera edad o aquellas que no tienen que hacer un reportaje, sino comprar para alimentar a su hijo de corta edad, uno se hace muchas preguntas.

De repente en la cola, una señora, enfermera de profesión -lo sé por su vestimenta y porque a los minutos de hablar lo dice- comienza a quejarse diciendo que le robaron el celular en otro establecimiento mientras compraba leche y que está cansada de las colas, le dije que brindáramos por eso, que teníamos un enemigo en común; Continuó diciendo que estaba escapada del trabajo, que no siempre le daba permiso su jefe, pero que no todos los días puede comprar, solo los martes y por eso aprovecha para hacerlo, de igual forma, dijo que hay que salir de las personas que nos gobiernan porque están destruyendo al país, no dije nada ni opine al respecto.

Cuando es mi turno para cancelar en la caja, eran aproximadamente las 12:30PM, casi 4 horas en cola, 4 viajes ida y vuelta a Puerto Ordaz en avión me tomó comprar solo 2 cartones de huevo y 2 kg de arroz con sabor a ajo, la cajera me da mi tarjeta y cédula, le pregunto cuando llega el pollo y la carne, me miro con una sonrisa en el rostro y dijo: “¿es un chiste?, eso tiene tiempo que no llega, dudo que llegue por este mes, así estamos”, así estamos le dije.

No solo sentí que perdí 4 horas de mi vida, 4 horas laborales, 4 horas que pude aprovechar, sino que perdí una parte de mí, sentí que valemos más, sentí que nos merecemos mucho más, capaz estoy loco, no lo sé, ¿Cómo te has sentido tu?.