Alexei Guerra Sotillo: ¿En la ruta hacia el caos?

Alexei Guerra Sotillo: ¿En la ruta hacia el caos?

thumbnailcolaboradores-190x1301Quisiera uno adentrarse en la hermosa banalidad de temas como el duelo de estilos actorales entre Matt Damon y Leonardo Di Caprio en “The Martian” y “The Revenaunt” en la actual temporada de premios cinematográficos. O en la contemporánea orfandad de la salsa brava, en tanto cadencia afrolatina y caribeña imprescindible, en términos de intérpretes y exponentes de calidad. O quizá, del súbito impulso de ciertas masas que en homogénea conducta socio-cultural, se autoimponen por estos días un régimen de ejercicio y “fitness” de urgencia, luego de una voluntaria y feliz ingesta prolongada de hallacas, panes de jamón y otros deliciosos excesos de la temporada navideña. Quisiera uno. Pero no. Estamos en Venezuela, un lugar donde la democracia es más un empeño que una realidad, un intento de legitimidad a defender, de alternancia reconquistada, amenazado por una élite militar-cívica que se aferra al poder, y niega la voluntad popular del soberano.

Asistimos hoy a dos procesos en marcha: Por una parte, la confrontación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, proceso en el cual los artilugios y gazapos de última hora, inconstitucionalidad e inmoralidad exacerbada, configuraron una “raspada de olla judicial”, para modificar leyes y designar magistrados del TSJ, en medio de una nueva mayoría política parlamentaria opositora recién elegida. Y por la otra, la agudización y deterioro de la inflación, la escasez y el empobrecimiento junto al cierre de empresas y parálisis productiva, que pareciera tenderían a agravarse en los meses siguientes ante las señales y decisiones del Gobierno de Nicolás Maduro de no rectificar, ni corregir, ni cambiar nada en materia de política económica, bajo el manido argumento de la “guerra económica”.

El forcejeo institucional y especialmente político que tiende a intensificarse entre una Asamblea Nacional con mayoría opositora, declarada en desacato luego de incorporar a los diputados de Amazonas impugnados por el chavismo, y el Presidente Nicolás Maduro, y el resto de los Poderes Públicos designados y controlados por su partido, especialmente el TSJ, cuya reciente y apresurada conformación está revisando el actual Parlamento, concentrará buena parte del tiempo, las energías y las estrategias que ambos Poderes Públicos debieran emplear, teóricamente, para abordar en conjunto las medidas para resolver los problemas más graves del día a día del venezolano.





Luego de leer el documento “22 claves para entender y combatir la guerra económica”, publicado por el gobierno el año pasado y cuyo autor, el sociólogo Luis Salas Rodríguez, ha sido nombrado recientemente Ministro de Estado para la Economía Productiva, entiende uno que poco o nada cambiará en materia económica en el corto plazo. He aquí algunas de sus ideas: “Si el control de precios no funciona o tiene fallas, hay que mejorarlo, pero no quitarlo, pues quitarlo no soluciona el problema”. “La inflación no existe en la vida real. (…) la inflación en cuanto teoría y sentido común dominante se presenta como la única explicación del sector dominante de la economía, en razón de la cual se la impone al resto”. “La clase ´empresarial´ venezolana es una clase vividora y malcriada que a lo largo del tiempo se convirtió en un tumor económico, que vive y subsiste de la renta petrolera y la expoliación del salario de los trabajadores y trabajadoras a través de la especulación”.

Un coctel de obcecación ideológica marxista-fracasada, inercia, aferramiento al poder, lucha de poderes,  irresponsabilidad y creciente tensión social y económica, del cual surge como un sorbo la pregunta: ¿Estamos en la ruta hacia el caos?

@alexeiguerra