Conoce el Récord Guiness del mayor verdugo del mundo con 1.070 ahorcados

Conoce el Récord Guiness del mayor verdugo del mundo con 1.070 ahorcados

Foto: elmundo.es
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Husein Qarni acude a la cita con media hora de retraso. Es mediodía y los mercaderes inundan las callejuelas de su barrio, un distrito populoso a las afueras de El Cairo. Las gallinas, aún vivas y despreocupadas, revolotean a las puertas de las carnicerías que jalonan el itinerario. En los puestos cercanos, las clientas rebuscan las verduras más apetecibles.

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A sus 68 años, Husein cruza el vecindario con la agilidad de un chiquillo y un saludo perpetuo prendido de la boca. Su figura corpulenta y erguida no pasa desapercibida. Menos aún el apretón que protagonizan sus manos -gigantescas y robustas- cuando este hombre de pelo cano y mostacho aparece al fin por el café. “Necesito una shisha (pipa de agua) para despertarme”, dice antes de desplomarse sobre el sillón.

Hay poca parroquia en el local. Un puñado de gatos duermen acurrucados en los asientos contiguos mientras unos cuantos adolescentes vestidos con pantalones pitillo miran absortos sus teléfonos móviles. El televisor de plasma retransmite un partido de fútbol. Entretanto, Husein -el más viejo del lugar- alterna las caladas de tabaco con los sorbos de té. Y habla sin parar.

Ni siquiera frunce el ceño cuando se le pregunta a bocajarro por el oficio de verdugo que ha ejercido durante décadas. “Era cabo de la Policía y me presenté en el departamento de prisiones. Me eligieron para el puesto por mi cuerpo fuerte y mi personalidad dura”, recuerda el jubilado. Corría el año 1990 y en cuestión de días Husein pasó a ser el ejecutor oficial de Egipto.

Lo básico que debe tener un buen verdugo es buen cuerpo, mente abierta y don de palabra.
En su memoria, sus años de servicio en el corredor de la muerte se amontonan con cierto orden. No ha perdido la cuenta de quienes perecieron bajo su yugo. “Desde que entré como asistente del verdugo he ejecutado a 1.070 personas. Aparezco en el libro Guinness de los récords. Tengo la cifra más alta de ejecuciones en todo el mundo”, presume sin disimulo.

En el cómputo que exhibe con orgullo hay una retahíla de clanes rivales del sur del país; miembros del hampa y psicópatas que tienen reservado un lugar destacado en la crónica negra local. “Maté a Ezzat Hanafi y su hermano Hamdan [cabecillas de una red que había firmado un centenar de secuestros en el sur del país], que habían construido un Estado dentro del Estado”, cuenta Husein. Asegura, en cambio, no haber segado la existencia de ningún preso político, que hoy engrosan alegremente la lista de condenados. Sí acabó, en cambio, con algunos militantes de Al Gama al Islamiya, la ex organización terrorista que renunció a las armas en 1999 y abrazó la hoy clausurada vía política tras la revolución que en 2011 desalojó del poder a Hosni Mubarak.

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