Alta traición en el santuario de Hugo Chávez

Alta traición en el santuario de Hugo Chávez

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En la populosa barriada 23 de Enero viven unas 100.000 personas, entre las que figuran los grupos armados que decían defender a Hugo Chávez y sus más radicales seguidores. Durante años, allí no hubo dirigente opositor que entrara sin ser expulsado violentamente, incluso con disparos. La Policía sólo llega con el permiso de los colectivos –grupos armados– y es aquí donde reposan los restos del fallecido presidente.

Gabriela Pereira / La Razón España





Pero en el corazón del chavismo son pocas las obras e infraestructuras que llevan la firma de la revolución bolivariana. Los edificios grandes fueron construidos durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, hace ya más de 60 años. Sólo algunas calles han sido reformadas por la alcaldía y cada vez hay más casas pintadas de colores como política gubernamental. Hay murales con la cara de Chávez, grafitis que llaman a defender el proceso político y pintadas con mensajes del «Che» Guevara.

En un barrio con estas características, Jorge Millán, el candidato por la oposición venezolana, le ganó el pasado domingo en una reñida contienda a Zulay Aguirre, candidata oficialista y madre del diputado chavista asesinado hace un año, Robert Serra. Esto no había ocurrido nunca en 17 años de revolución chavista.

El domingo 6 de diciembre las hijas del fallecido presidente fueron a su centro de votación a animar a la gente, a recordarles lo que el Gobierno llama «el legado de Chávez». Pero allí, donde multitudes esperaban al más importante elector de cada contienda, esta vez no había más de 15 personas en la cola y las herederas del comandante se tuvieron que ir pronto. El Liceo Manuel Palacio Fajardo fue durante años el centro electoral de Chávez, un bastión ganado ahora por la oposición.

El oficialismo obtuvo mayor cantidad de votos en los centros electorales de los llamados consejos comunales, instalados por el ente electoral bajo la excusa de llevar el proceso de votación más cerca del pueblo, pero que a juicio de varios especialistas buscaban coaccionar al electorado, todo bajo la custodia de los grupos armados prochavistas y bajo la mirada esquiva de las fuerzas del Estado. Pero eso no fue suficiente porque en esos sitios también se sumaron votos para la oposición, como una muestra más de rebeldía ante la crisis económica y social del país.

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