El título es de una película protagonizada por Charlton Heston, en la cual se muestra como podría ser el futuro de la humanidad de no corregirse una serie de errores. En nuestro caso, sobran los indicios para pensar que el país igual se dirige hacia una catástrofe. En efecto, en un reciente informe elaborado por el Dr. R. Evan Ellis del Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra de los Estados Unidos (Strategic Studies Institute of The US Army War College) el autor alerta sobre la inminente implosión de Venezuela, provocada o inducida por el régimen en su afán de aferrase al poder. Entre otras razones argumentadas por el Dr. Evan, por las cuales el PSUV pretendería evitar la derrota electoral utilizando cualquier medio, es que existen funcionarios que han sido acusados de estar involucrados en actividades delictivas, que de ser ciertas, no estarían a salvo en ningún sitio excepto en Venezuela.
El autor enumera todos los errores cometidos en los 16 años de gobierno socialista/militarista como son: el sistemático ataque a la empresa privada, los controles, las confiscaciones, la distribución de la riqueza en programas de corto plazo, léase misiones, las ayudas internacionales con fines políticos, la corrupción y todo lo demás que ocasionó la ruina moral y económica hasta desembocar en la situación actual, donde debemos importar hasta el 80% de los alimentos que consumimos y se nos agotaron los dólares para pagar la factura.
El escenario que describe el informe es trágico. Habla sobre hambruna, regiones convertidas en santuarios del hampa y la guerrilla, incremento del tráfico internacional de drogas, el caos social, combates entre facciones con cientos de bajas, una posible crisis humanitaria y la desestabilización de la región. En cuanto a lo económico, trata sobre la disminución de los ingresos y las reservas internacionales, la pérdida del crédito internacional, la posibilidad que el régimen reciba un desembolso de 5.000 millones de dólares por parte de China que se emplearían antes de las elecciones para simular una normalización del suministro. Inexplicablemente no trata sobre el riesgo del default, espada de Damocles que pende sobre nuestro país, y que sería la guinda de la torta puesta por la élite corrupta que nos gobierna. Tampoco trata sobre la venta de activos de Citgo, que a nosotros nos causa dolor y a nuestros acreedores debe causarles preocupación. ¿Dantesco, apocalíptico? Puede ser. Y por eso es que ese informe, dado el prestigio del autor y de la institución para la cual trabaja, debe estar discutiéndose en los altos gobiernos de muchos países, especialmente en los Estados Unidos.
El régimen, utilizando la propaganda para construir una realidad virtual, se dedicó durante años a presentar la imagen de ser un gobierno adalid de los pobres, progresista, que había reducido la pobreza y el analfabetismo y que estaba siendo asediado por una derecha golpista. Esa imagen se desvaneció para develar el verdadero talante de esta caricatura de revolución. Premios Nobel como Vargas Llosa y Desmond Tutu, expresidentes, ONG´s, organismos como la ONU, la Comunidad Europea, los Parlamentos y Congresos de varios países se han pronunciado sobre la falta de libertades, el paramilitarismo oficial, el asesinato de manifestantes, la falta de independencia de los poderes, la persecución política, la criminalización de la disidencia, la corrupción, la tortura y más recientemente las inhabilitaciones de nuestros candidatos, que fueron calificadas por Luis Almagro, el secretario general de la OEA, como un recurso propio de las dictaduras.
Y para que no quedasen dudas sobre las actividades delictivas en que están involucrados personeros vinculados al gobierno, se destaparon los escándalos de los Bancos HSBC y la Banca de Andorra, además de filtrarse la noticia, publicada por cientos de diarios de todo el planeta, que funcionarios del gobierno estaban siendo investigados por las Fiscalías de Nueva York y de Miami.
Hasta la fecha, el único país que ha tomado acciones prácticas ha sido Estados Unidos, cuando el presidente Obama primero firmó la ley de sanciones a funcionarios venezolanos que cometiesen cualquiera de los delitos allí estipulados y posteriormente firmó una Resolución Presidencial donde declara a Venezuela como una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos, a la vez que les revocaba las visas y les congelaba los bienes a 7 venezolanos. Seis militares y una civil. Las intenciones quedaron claras cuando la Subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobsen dijo: “El objetivo de estas sanciones es persuadir al gobierno de Venezuela de cambiar sus formas, no derrocar ese gobierno”
Los mandatarios de los otros países del continente han mantenido un silencio cómplice ante la realidad venezolana. Se han hecho los sordos ante las peticiones de ilustres personalidades quienes les reclaman su cobardía. Con un profundo cinismo, muchos gobernantes se han escudado tras el desgastado argumento de la autodeterminación de los pueblos, y así ocultan las verdaderas razones para mantenerse callados, cuando sabemos que son ideológicas, comerciales o que si se establece el precedente, el día de mañana pueden ser ellos quienes se sienten en el banquillo de los acusados. Pero la crisis no da tregua ni esperará hasta que cambien de parecer. Ella sigue avanzando, profundizándose, con la posibilidad que la teoría del Dr. Evan resulte en una profecía autocumplida. No pueden seguir actuando como si al ignorarla se va a resolver sola. La diáspora venezolana ya suma más de 1.500.000 de compatriotas, clase media que emigró a decenas de países. ¿Estarán esperando nuestros vecinos que en vez de emigrantes les comiencen a llegar cientos de miles de refugiados?
La Venezuela democrática tampoco quiere derrocar a este gobierno. Lo que exige es que cese el ventajismo y que se permita la observación internacional para que podamos acudir a las urnas e iniciar la transición. En la oposición está el mejor talento venezolano, comenzando por nuestros profesionales y académicos de talla mundial que triunfan en otras latitudes. Hay políticos honestos que sueñan con un mejor país. Excelentes profesionales que poseen los conocimientos para resolver nuestros problemas. Exitosos empresarios que han triunfado más allá de nuestras fronteras. Jóvenes que quieren construir un futuro donde quepamos todos. Expatriados que sueñan con regresar para contribuir con lo aprendido y así lograr la Venezuela grande. Lo que necesitamos es que cuando acudamos en masa a votar, cada uno de nuestros votos se cuente. Se está trabajando con fuerza y optimismo para que ello suceda, pero algunos de nuestros rivales son como los describió Manuel Caballero cuando dijo que “el lenguaje que utilizan es el de portero de burdel”, quedándose corto al no decir que también se comportan como tales. Por eso es que necesitamos que la comunidad internacional actúe con mayor firmeza para que cese le trampa