Pran ordena matar a una familia por una deuda de droga

Pran ordena matar a una familia por una deuda de droga

(foto laverdad.com)
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Ocho hombres armados llegaron a bordo de cuatro motos al rancho de Pedro José León Navarro, de 27 años, alias el “Pedrito”. Lo tirotearon hasta asegurarse de que quedara muerto, en la balacera hirieron a su hijo de cuatro años y a su hermana, Jéssica Andreína León Navarro (22). La Policía informó que el crimen lo ordenó Néstor García, pram del pabellón C del retén El Marite, apodado “Carne Molía”.  Así lo reseña laverdad.com

A las 9.30 de la noche del pasado lunes, los motogatilleros recorrieron las trillas del sector La Invasión de la parroquia La Concepción del municipio Jesús Enrique Lossada. Los oficiales precisaron que entraron por la villa Los Cerros, rastrearon a “Pedrito”, lo consiguieron cargando un balde de agua hacia su rancho de zinc.

Al hombre lo apuntaron y lo acorralaron contra la nevera blanca de su casa y allí le dispararon en siete oportunidades. Según los investigadores, en el tiroteo unos proyectiles alcazaron a la hermana embarazada y al niño.





Los vecinos escucharon las detonaciones y a lo lejos vieron huir a los motorizados. Se acercaron hasta la vivienda y encontraron a las víctimas. Le tomaron el pulso a León y verificaron que estaba muerto. A su hijo y a su hermana, al escucharle los quejidos, los montaron en unos vehículos y los llevaron hasta el Hospital José María Vargas, donde les prestaron los primeros auxilios y los remitieron al Hospital Universitario. El pequeño ingresó con una herida en la clavícula y su tía con una herida en el ojo izquierdo y otro en el antebrazo izquierdo. Están aún bajo observación médica.

Por droga

Cinco meses tenía “Pedrito” viviendo en La Concepción, con su madre, la esposa, el hijo y la hermana. Antes residía en el sector El Marite de Maracaibo, donde según la Policía, se dedicaba a la venta y distribución de droga. Era integrante de la banda Los Pajareros, quienes se disputan el control de la zona con el “Carne Molía”.

La víctima arrastró su rencilla hasta su nuevo hogar, donde seguía con su negocio ilícito. “El pram lo mandó a liquidar, para obtener el control absoluto”.