20 mil cupos para estudiar medicina fueron otorgados a la Misión Sucre

20 mil cupos para estudiar medicina fueron otorgados a la Misión Sucre

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La asignación de 31 mil 700 cupos en la carrera de Medicina, a través del Sistema Nacional de Ingreso (SNI), revela la sobre demanda de las pocas casas de estudios donde salen graduados los de bata blanca. Panorama

En el país, existen 10 facultades de Medicina, cuya infraestrucura no permite el ingreso de más de 300 bachilleres al año cada una. En Colombia, esta misma cantidad, una decena de facultades, alberga a miles de estudiantes, solo en Bogotá.





Medicina resultó ser la carrera de pregrado con más demanda para el registro de 2015, seguida de administración de empresas, derecho e ingeniería mecánica y civil.

La modificación en el sistema de ingresos a la educación superior en que se le delegó la responsabilidad de asignar el 100% de los cupos al Ministerio para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, se le asignó el cupo al total de solicitudes presentadas en el registro nacional.

De los 31.700 cupos para la formación de médicos, 20 mil fueron otorgados a la Misión Sucre, a través del programa de formación de Medicina Integral Comunitaria.

Queda un remanente de 11.700 estudiantes que serán distribuidos en las diferentes escuelas. Sus dirigentes aún desconocen a cuántos bachilleres tendrán que abrirles las puertas, pero alertan que la capacidad según la infraestructura y  personal es mínima.

Si el promedio de estudiantes de medicina por facultad es de 200 alumnos, Venezuela requeriría de 58 escuelas para albergar a la demanda de bachilleres que aspiran a un título de médico cirujano.

El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia (LUZ), Sergio Osorio, expresa que “esta asignación debe guiarse por una corresponsabilidad, porque somos quienes conocemos la capacidad de las facultades”, expone.

Al año, la escuela de medicina admitía a 100 nuevos estudiantes, según informó, con el nuevos Sistema de Ingreso, les asignaron cupo a 216 bachilleres.

La dificultad de admitir a mayor número de estudiantes se presenta a la hora de distribuirlos en las prácticas que representan el 98% de las materias.

Incluso, algunas materias básicas han empezado a ser teóricas por deficiencias en los laboratorios. “Estamos hablando de una facultad que tiene 70 años y que no tiene espacio para ampliar su infraestructura. Pudiéramos abrir las puertas a los 7.000 bachilleres que demandan un cupo acá, pero hay que preservar la calidad. No es igual meter a 30 alumnos en una clase de anatomía patológica que dictarsela a 500, por ejemplo”, sentencia Osorio.

En la Universidad Central de Venezuela (UCV) el escenario es similar. Jesús González, jefe de la Unidad de Estadísticas, expone que anteriormente asignaban entre 250 y 300 cupos al año para cursar medicina. Ahora desconoce la cantidad de estudiantes que deberán matricular.

Para el docente hay la intención de crear sistemas para atender la demanda como la creación de la Universidad para Ciencias de la Salud que está en proceso y el programa de medicina integral, pero la diferencia en los planes de estudios genera una avalancha de estudiantes hacia las universidades autónomas.

“Mientras en Medicina Integral Comunitaria gradúan a un médico en cuatro años, en una autónoma el plan de estudios es de seis años a seis años y medio”, asegura González.

Wilmer Olmedo, espera obtener su cupo en la segunda fase del SNI. “No me registré para la primera fase, espero que en la segunda también asignen cupos a todos los que estamos solicitud. Medicina es una carrera que tiene mucha demanda y tengo ya un año esperando por el cupo”, expone.

El bachiller quien ya forma parte de la población flotante tuvo que iniciar estudios en áreas similares a la salud mientras espera por un pupitre en LUZ.

“Me han ofrecido hasta venderme un cupo. Hasta 100 mil bolívares me pidieron. Yo sigo esperando por los canales regulares, pues tengo el promedio y la vocación para cursar la carrera”, acotó.

Para el decano de LUZ, el problema no solo radica en el campus universitario. “Si nos vamos a los hospitales también hay dificultades. El último hospital que se construyó en Maracaibo fue en 1998 y son las mismas infraestructuras hospitalarias las que vienen soportando el aumentado de la matrícula”.

Según explica, en un quirófano, por ejemplo, solo pueden entrar cinco estudiantes a la práctica, lo que resultaría difícil si aumenta la matrícula.

Otro aspecto que obstaculiza la entrada de nuevos ingresos por encima de la capacidad, es la falta de personal.

El jefe de estadísticas de la UCV, revela que según la asociación de profesores, de esta casa de estudios se han retirado más de 700 docentes.

Otra arista del problema es la poca demanda de docentes para impartir clases. Se han presentado casos  en los que al llamado del concurso para docente universitario solo se presenta un profesor. El bajo sueldo y las deficiencias para impartir las clases hace poco tentadora la oferta de formar a los nuevos profesionales de la salud.