Polítika UCAB: Chávez, ¿una oportunidad perdida?

Polítika UCAB: Chávez, ¿una oportunidad perdida?

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Dos años de la muerte de Chávez. Hoy un país al borde del colapso, herencia que recibe y profundiza Maduro. Dieciséis años atrás Chávez se convertiría en la esperanza de cambio para muchos, que llevaron a la presidencia a aquel militar golpista que con un “por ahora” encajaría perfectamente en el ideal de “militar fuerte” que venía a componer esto. Un país cuyos partidos tradicionales habían matado a su generación de relevo y que ya tenían tiempo distanciados de la gente. La victoria fue demoledora. La sociedad, para parafrasear a Carlos Andrés Pérez, elegía a su vengador. Se iniciaba la Revolución Bolivariana.





Pocos presidentes en la historia de Venezuela han significado tal nivel de esperanza para gran parte de la población; pocos o ninguno contó con tantas riquezas petroleras para su gestión; pocos o ninguno contó con tal liderazgo, con tal poder… sólo Chávez. Tal vez la mayor oportunidad de transformación social, política y económica; hoy el mayor desastre y la más grande frustración para un pueblo. Más de 3 quinquenios perdidos en un experimento político que en los albores del siglo XXI, cual película de ciencia ficción, nos retrocedió al siglo XIX. Un hombre que tuvo todo para, al mejor estilo de Mandela, reconciliar a un pueblo, sumar esfuerzos por el bien de todos, impulsar la formación de ciudadanos autónomos y responsables, capaces de empoderarse de su propia historia; pero la realidad fue otra, porque Chávez apostó por el camino contrario: el de la polarización, el del desconocimiento del diferente, el de la venganza. Su mayor tragedia es haber sido el más perfecto exponente de todas les miserias que le cuestionó a los partidos tradicionales: amiguismo, exclusión, ansias de poder, corrupción, ineficiencia, injusticia, empobrecimiento, devaluación, burocratización, incapacidad para formar al relevo, populismo, demagogia… y pare de contar.

Hoy nos queda la desolación de su fracaso, un país que puja por el renacimiento, por liberarse de tanta pérdida, de tanto atraso, de tanto escombro. Un país que además le cuesta apostar por los líderes de la oposición, porque después de tanta frustración pareciera que ya no cree en “amores a primera vista”, o en “por ahora”. Ojalá que sea porque ha entendido que ese cambio que añoró en el 98, y que puso sobre las espaldas del padre de este desastre, sólo debe ponerse sobre las propias espaldas, asumiendo la responsabilidad individual y colectiva en la construcción del futuro al que aspiramos.

Desde PolitiKa UCAB deseamos que el expresidente descanse en paz, que todos lo dejen descansar en paz… ya en su momento los historiadores se encargarán de analizar estos años y su papel en la historia de Venezuela, con la objetividad que da el distanciamiento de los hechos en el tiempo. Nuestra labor es aprender de esta experiencia y desde ese aprendizaje, renacer.

Ese renacimiento pasa por desmilitarizar la política. En esta línea escribe hoy Héctor Briceño, en su columna semanal Posmonición PolíticaBye, bye General, es un artículo en donde Briceño nos plantea que la desmilitarización es una de las tareas más apremiantes que se le plantean a nuestra democracia; en sus palabras una tarea fundamental de la democracia venezolana no se limita a regresar a los militares a los cuarteles, ni la subordinación del poder militar al poder civil. Es también sacar de la vida social y política venezolana la retórica y praxis militar. Para lograr esto es necesario desarrollar y consolidar una retórica y praxis civil alternativa”

Sin embargo, dada la realidad que hoy tenemos el desarrollo y la consolidación de esa retórica y praxis civil alternativa pasa, necesariamente, por la transición. Sobre esta idea de transición continúa analizando Benigno Alarcón en su columna El Faro de esta semana. En su artículo¿Estamos verdaderamente en una transición? (segunda parte) Alarcón continúa la línea de análisis sobre las transiciones; sin embargo, en esta oportunidad este análisis parte de unas declaraciones del expresidente de Uruguay Pepe Mujica, quien la semana pasada advertía sobre el riesgo de que  militares de izquierda puedan dar un golpe a Maduro… ¿esto es posible, dado el tablón de juego político en el que nos encontramos? Esta lectura nos aproxima a comprender los escenarios que hoy se plantean, y los riesgos que  algunos de ellos suponen.

No puede construirse institucionalidad desde la violación de las instituciones. Por eso es necesario que cualquier cambio en nuestra realidad sea por el camino institucional, en el marco de la Constitución. En este sentido, conocer el papel de cada una de ellas es fundamental. Carlos Romero, en su columna Debate Ciudadano de esta semana, nos habla de La urgencia: entender el papel del parlamento, como instancia fundamental de la democracia. Entender el parlamento supone “un compromiso político, ético y moral, para la defensa de la función parlamentaria y de los espacios para el debate político plural y oportuno de los asuntos públicos”.

En Otras Opiniones, Pedro González nos ofrece una excelente reflexión titulada El mundo que queremos, en ella, a partir de una interpretación del asesinato del joven tachirense Kluiberth, nos invita a pensar sobre el papel de las instituciones que formaron al joven policía que lo asesinó y al discurso que el gobierno ha asumido para limpiarse las manos frente a este hecho. Pedro González nos advierte en su reflexión que “estamos enfrascados en una lucha sin cuartel por salvaguardar los más sublimes principios de Libertad, la lucha es dura, en ocasiones cruel y despiadada, así que corremos el gran riesgo de que, bajo el fragor y la intensidad de la lucha, olvidemos la esencia misma de nuestra motivación”.

En la sección del Proyecto Integridad Electoral Venezuela, les ofrecemos alguna información de vital importancia sobre los últimos estudios que instituciones del prestigio de la Universidad de Harvard y la de Sydney han reportado en relación al sistema electoral venezolano. Una primera nota de prensa publicada por algunos medios nacionales reportan que Venezuela ha retrocedido 33 puestos en integridad electoral pasando del puesto 77 en el 2012 al puesto 110 en el 2013. Ante esto, el Centro de Estudios Políticos de la UCAB, en la voz de su director Benigno Alarcón“es evidente la necesidad de activar mecanismos urgentes para frenar el progresivo deterioro de la calidad de nuestros procesos electorales, incentivar el uso de buenas prácticas y de adelantar un conjunto de reformas para mejorar la integridad de los procesos electorales, lo que incluye la activación de Consejo de Participación Política como instancia consagrada en la legislación venezolana”. Los invitamos a revisar directamente los resultados del estudio desde la páginaThe Electoral Integrity Project.

Hoy nuestro renacimiento como sociedad y como democracia se enfrenta a dos retos profundos: el primero, comprender y actuar en función de que no hay un hombre que cambie la realidad que nosotros mismos no asumimos cambiar, porque el cambio pasa primero por nosotros mismos; la democracia o es nuestra forma de ver el mundo y las relaciones que construimos con el “otro”, o sencillamente no es. En segundo lugar, evitar caer en el mismo fracaso de Chávez, y que hoy se hace evidente en los gobernantes que se autodenominan sus “hijos”: olvidarse del mundo que queremos por estar enfrascados en luchar contra el mundo que no queremos –parafraseando a Pedro González-; lucha que al final, como fue el caso de Chávez, nos podría terminar convirtiendo en la más pura expresión de ese supuesto mundo que no queremos. Por eso Chávez fue una oportunidad de cambio perdida, que terminó siendo más y peor de lo mismo.

Para finalizar esta editorial quiero despedirme de todos nuestros lectores. Otros compromisos me mantendrán alejado de la edición semanal de la revista Polítika UCAB durante algunos meses. A partir de la próxima semana la responsabilidad editorial estará sobre Daniel Fermín, quien desde algunos meses lleva la columna PolitiKa de Calle. Desde ya apostamos por el éxito de Daniel y porque este espacio siga en un crecimiento constante y sustancial. Por lo que a mí respecta, agradecer a la UCAB, al Centro de Estudios Políticos y a todos quienes nos han apoyado estos casi dos años de trabajo.

 

Por Gustavo Moreno en Politika UCAB