Freddy Paz: Soñemos que en el 2015 podamos vivir con la humildad de José

Freddy Paz: Soñemos que en el 2015 podamos vivir con la humildad de José

José-y-sus-Hermanos

 

Cuando José tenía diecisiete años, ayudaba a sus hermanos, a cuidar las ovejas. Pero José contaba a su padre lo mal que se portaban sus hermanos con él.





Un día José tuvo un sueño. Cuando se lo contó a sus hermanos ellos lo odiaron aún más, pues les dijo: Anoche tuve un sueño, y soñé que estábamos en medio del campo, atando trigo en manojos. De repente, mí manojo se levantó y se quedó bien derecho, mientras los de ustedes lo rodeaban y se inclinaban ante él.

Sus hermanos protestaron: ¡Ahora resulta vas a ser nuestro rey y nuestro jefe!. Y por causa del sueño y por lo que decía José a sus hermanos, creció en ellos el odio que le tenían.

José tuvo otro sueño y también se los contó a sus hermanos. Les dijo: fíjense que tuve otro sueño. Resulta esta vez el sol, la luna y once estrellas, se inclinaban ante mí.

Cuando les contó este sueño a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió, y le dijo: Que clase de sueño es ese? Quieres decir que tu madre y tus hermanos y yo mismo vamos a ser tus esclavos?.

Sus hermanos le tenían envidia a José, pero su padre trataba de entender el significado de sus sueños. Los hermanos de José se habían llevado a las ovejas de su padre a los pastos de Siquem. Unos días después, Jacob le dijo a su hijo José: Ya sabes que tus hermanos están en Siquem, cuidando las ovejas. Quiero que vayas a ver sí todo está bien, y que regreses a contármelo.
José salió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem, pero no encontró a sus hermanos por ningún lado. José siguió buscando a sus hermanos y los encontró en Dotán. Cuando ellos lo vieron acercarse, antes de que él llegara donde ellos estaban, se pusieron de acuerdo para matarlo. Unos a otros se decían: Aquí viene el gran soñador! Vamos a matarlo y echarlo en uno de estos pozos, y diremos que algún animal feroz se lo comió. ¡ Ya vamos a ver si se cumplen sus sueños!. Rubén se opuso ante sus hermanos a que mataran a José.

Cuando José llegó donde estaban sus hermanos, ellos le quitaron la capa que su padre le había hecho y lo echaron al pozo que estaba seco, y Rubén se fue. De pronto vieron que se acercaba un grupo de comerciantes. Eran unos Ismaelitas, y los hermanos de José lo sacaron del pozo y se lo vendieron por veinte monedas de plata, y los comerciantes se lo llevaron a Egipto.

Cuando los comerciantes llegaron a Egipto vendieron a José a Putifar capitán de la guardia del Rey de Egipto. Putifar vio que Dios ayudaba a José y hacía que todo le saliera bien, por eso lo puso a cargo de sus bienes, hasta el día en que la esposa de Putifar, le propuso a José acostarse con ella, y José se negó. Lo acusó de intentar violarla y lo enviaron a la cárcel donde estaban los presos del Rey.

Pero aún en la cárcel Dios siguió bendiciendo y ayudando a José. Dos años después, el Rey de Egipto tuvo un sueño, y mando a llamar a José, el cual se presentó ante el Rey para escuchar su sueño y José le dijo: Los dos sueños que tuvo su majestad, son uno solo. Dios le ha hecho saber a usted lo que piensa hacer. Egipto va a tener siete años de abundante cosecha, y siete años donde no habrá que comer.

El Rey sorprendido por la sabiduría de José, le pidió que lo acompañara como Gobernador de Egipto. Durante los siete años de abundancia, José almacenó los alimentos producidos en cada ciudad. Siguieron los siete años de escasez, y aunque había hambre en todos los otros países, en Egipto había que comer. Y era tanta la escasez de alimentos que de todos los países iban a Egipto para comprar trigo a José.

Para no morir de hambre, Jacob padre de José, envió a sus hijos a Egipto a comprar trigo. Cuando llegaron a José, se inclinaron con mucho respeto ante el Gobernador. José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él. Al llegar de regreso a su casa en Canaán le contaron a su padre todo lo que les había pasado. El hambre seguía aumentando y los hijos de Jacob, regresaron a Egipto nuevamente para comprar más alimentos.

Finalmente el Gobernador les dijo, yo soy su hermano José, el que ustedes vendieron a los egipcios. Pero no se preocupen. Los abrazó y besó y se echaron a llorar. Regresen y traigan a mí padre y a toda su familia y todas sus propiedades para que vivan en las mejores tierras de Egipto.

En cuanto José vio a su padre, corrió a sus brazos y se soltó a llorar, y Jacob le dijo: Con mis propios ojos he visto que estas vivo José.

Con esta historia bíblica, llamo a la reflexión a todos los venezolanos, a quienes hoy gobiernan el país, para que soñemos como José, y en el 2015, podamos vivir los venezolanos con la humildad y el amor de José.

Freddy Paz
Diputado Estado Zulia.