José Machillanda: El desamparo fronterizo y el postchavismo

José Machillanda: El desamparo fronterizo y el postchavismo

thumbnailjosemachillandaNicolás Maduro con una Cúpula Militar Claudicante, no terminan de comprender que Venezuela como Estado-nación, todavía presenta problemas Carolingios o conflictos no resueltos que obligan al país a la definición de una geopolítica con especial interés en el costado Nor-Sur Occidental y en el costado Nor Oriental. Ni Maduro ni la Cúpula Militar Claudicante entiende de la geopolítica latinoamericana y sin darse cuenta, continúan actuando según la antigeopolítica -herencia del legado político de Chávez-.

Ésta antigeopolítica lo que sí muestra es una enorme carencia de liderazgo político militar que bloquea las posibles acciones militares frente situaciones de violación del espacio terrestre como la acontecida en el costado Nor-Sur Occidental en el sector Boca de Grita de Táchira el pasado domingo 9 de Noviembre, con lo cual Venezuela queda desnuda en su función de defensa.

Maduro y la Cúpula Militar Claudicante pareciera que en su divorcio con la geopolítica regional se alejan de las “amenazas” y “nuevas amenazas” que vienen afectando a Venezuela desde 1987 cuando el Canciller Londoño colocó la Corveta Caldas en espacios marítimos de Venezuela y el estamento militar de ese entonces, demostró su destreza, capacidad militar y responsabilidad por el terruño y por la sociedad con la acción exitosa de una operación militar combinada realizada de acuerdo a la Gran Estrategia y la ejecución de la estrategia dura.





El gobierno de Nicolás Maduro y la Cúpula Militar Claudicante parecieran hoy arrinconados por el Tutelaje Militar que muestra su fracaso al emplear la lógica militar. También de su actitud irresponsable frente a la ausencia de unidades del componente militar que nieguen áreas en zonas críticas para evitar el fenómeno de pueblos libres y poblaciones disponibles. Por último, no entienden, ni el Gobierno ni la Cúpula Militar Claudicante, que Venezuela es un Estado que ha sido históricamente amputado en su territorio y que ahora frente a las “nuevas amenazas”, además de tomar posiciones territoriales como fuerzas armadas, inciden sobre pueblos, sobre poblaciones que son parte de la territorialidad del país.

Maduro y la Cúpula Militar Claudicante no tienen claro QUÉ es la función de defensa. No sabe Maduro su grave responsabilidad política e histórica frente al costado Nor-Sur Occidental, pareciese que se deleita con el concepto de “Patria Grande” y no termina por comprender que la teoría tri-elementista del Estado obliga a su gobierno a que resguarde y proteja hasta 1 metro cuadrado del territorio nacional.

La Cúpula Militar Claudicante, atrasada, descentrada y domada por el principio administrativo desconoce el principio operativo, principio operativo que debe contener y ordenar la acción militar inmediata frente a eventos como los ocurridos hace pocos días en la parte norte del costado Nor-Sur Occidental de Venezuela.

A la Cúpula Militar Claudicante le da lo mismo que se violente al Constitución y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas y que el Ministerio de la Defensa y el CEOFANB sean ejercidos por una misma persona. Es decir, no saben diferenciar que es lo operativo de lo administrativo, y tampoco se habrán actualizado en el concepto estratégico del Estado y mucho menos habrá una estrategia establecida con bocas de fuego suficientemente orientadas, con un plan de reacción para que todos los venezolanos, sin distinción de credo político, estemos seguros que una institución costosa, peligrosa y delicada está obligada a operar militarmente cuando y como sea necesario frente a un enemigo que ahora puede formar parte, de lo que se conocen, como “nuevas amenazas”.

Es evidente que con la ausencia y carencia del dispositivo militar frente al costado Nor-Sur occidental, que como Estado  Venezuela sufre de una regresión operacional del elemento armado. Es decir, que el elemento armado no puede cumplir, no es capaz ni está entrenado para hacer lo que le corresponde en el artículo 328 de la Constitución y si esto es así, la responsabilidad de la Cúpula Militar Claudicante es total y los perjuicios que puedan causarle a la República formarán parte de un juicio histórico de quienes se han apartado del principio operativo, y han abrazado de manera inmoral funciones administrativas que no le son pertinentes, que no la saben hacer y mucho menos les corresponde.

Nicolás Maduro y la Cúpula Militar Claudicante son responsables del desamparo fronterizo y como postchavismo tendrán que rendirle cuenta hoy a la sociedad y después a la historia por el descuido que están creando y que al crecer producirá un grave daño al territorio, a la población y a las instituciones responsables por la defensa. El impacto de la regresión operacional del elemento armado debe ser motivo de preocupación ciudadana, tiene que ser materia de discusión permanente entre las instituciones políticas y debe ser materia que importe por cuanto la territorialidad, la paz interna y la seguridad pública constituyen los elementos esenciales de un Estado. Y los mismos son responsabilidad explicita, constitucional y política del poder político y del componente armado.

La violación territorial a la cual está siendo sometida Venezuela por grupos armados que forman parte de las nuevas guerras tiene que preocupar en extremo a quienes son responsables por la política de defensa del Estado venezolano. Ello es así, ya que esas amenazas terminan por desarticular los grupos sociales venezolanos, los grupos productivos agricolopecuarios de esa geografía crítica y facilitan el establecimiento de mafias que negocian con el narcotráfico, como narcoguerrilla, generando deterioro en el tejido social, en las instituciones y sobretodo en la paz ciudadana.

Ciertamente, Venezuela durante los últimos 20 años sufre un proceso de descomposición y desmejoramiento en todos los ambientes de la seguridad, ya sea militar o pública. Pero el crecimiento y el arrojo de los grupos armados del costado nor-sur occidental, desde la Laguna de Tocineta hasta la Lengüeta de Apure tienen que ser entendidos como una alerta para quienes tienen responsabilidad por la defensa del país.

Nicolás Maduro y la Cúpula Militar Claudicante están obligados a responderle a la sociedad venezolana, en representación del Estado nacional y en representación de un desgobierno que no termina de comprender la herencia de Chávez , que como perversión, ha descentrado al elemento militar de sus funciones, creando una enorme y expresa debilidad para el Estado-nación de Venezuela.