Las encuestas, sondeos, mediciones o estudios de opinión pública, “son un instrumento de ayuda para la comprensión de la realidad política, económica, social y electoral, es una herramienta científico, útil para entender las tendencias profundas acerca de los temas que son y serán claves en el debate cotidiano, pero las encuestas no son ningún sustituto de la propia realidad”. En suma los estudios de opinión publica son como los mapas de carreteras: “no nos dicen a donde ir, pero si nos indican la mejor manera para llegar a donde quiero ir”.
INTENCIÓN DE VOTO / Pregunta cerrada / Si se decidiera realizar nuevas elecciones presidenciales y Nicolás Maduro se presenta como candidato a la reelección ¿Usted por quién votaría?
Evidentemente, el problema que plantean las mediciones de opinión pública, muchas veces es su falta de credibilidad, es significativo que en la captura de datos para la investigación hay que tener en cuenta el arte observar, interpretar, comprender para luego potenciar la aproximación hacia la verdad en los diversos procesos de análisis, lo que llamamos nosotros la hermenéutica necesaria en los estudios de opinión, ineludible en nuestros sondeos. Se debe aprender a tener comprensión de estos instrumentos, es significativo hacer la advertencia que las encuestas en Venezuela están mostrando una grave realidad, a pesar del interés que puedan tener sus clientes, existe una visión compartida sobre la aguda crisis que transita el país.
Tomando en cuenta que los sondeos son fotos de un momento histórico específico, las posibilidades de que éstas no sean tan claras se amplifican cuando el contexto está lleno de complejidades noticiosas, en nuestro caso la inducida guerra táctica de encuestas que vive Venezuela es vital para mantener la imagen del régimen inclusive la popularidad de Maduro, no pasa tres días sin que emerjan nuevas mediciones de opinión que arrojan resultados “favorables” a la revolución bolivariana. En este debate frecuente sobre las verdades que arrojan los estudios de opinión siempre se consideran pocas empresas confiables que se ocupan de medir la verdadera situación económica, política, social hasta emocional de las personas, a veces las consultoras de mayor prestigio hacen investigaciones equivocadas o intencionada, sin embargo, sus aciertos son muchos más que sus desaciertos.
Vinculado a lo anterior, un estudio de opinión, es una investigación que puede ser utilizado como un instrumento ventajoso y necesario para el diseño de nuevas estrategias para optimizar una gestión, monitorear la situación política y electoral, conocer la realidad económica y social… no obstante, esta herramienta tiene una vertiente que puede ser utilizada para encausar un “efecto encuesta” – anti ético – que son aquellos estudios de opinión forjados para generar sensaciones que todo está bien, el país va por buen camino, la economía goza de buena salud, incluso para construir triunfos psicológico en el contexto electoral, es decir, actualmente se le impone a la mayoría de los medios de comunicación venezolanos una campaña dirigida por el régimen donde aparecen algunas encuestadoras mostrando un país en crecimiento económico, sin escasez, desabastecimiento, inseguridad controlada, sin pobreza, la gente feliz… todo un paraíso.
Es verdad, los estudios de opinión públicas no están diseñados para tumbar gobiernos, pero si crean conciencia de las realidades que se estén viviendo en un momento histórico, esto se conecta con las reveladoras palabras de Maduro cuando en una de sus alocuciones destacó la necesidad de “ir contra la corriente” a la hora de hacer su trabajo y no pensar en lo que puedan decir las encuestas. “La politiquería no me interesa yo hago lo que tengo que hacer por amor, por conciencia”,.. Maduro angustiado porque los números no le dan para una reelección presidencial y para tapar las insuficiencias generales en su gestión, prefiere distraerse en la fenomenología y decir los resultados de las encuestas no es relevante para su gobierno.
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