La novia que Mario abandonó para corretear tras la princesa Peach

La novia que Mario abandonó para corretear tras la princesa Peach

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El heroico Mario, icono de los videojuegos, la mascota de Nintendo, la gran estrella de las consolas, el protagonista de cerca de 200 titulos. El eterno Mario carga a sus espaldas con el abandono de una novia o, cuanto menos, con una historia amorosa no resuelta. Todo ocurrió en su primera aparición, cuando era un simple carpintero, años antes de salir corriendo detrás de la rica y hermosa princesa Peach, reseña ABC de España.

La primera aparición de Mario fue en «Donkey Kong» (1981). Entonces era carpintero, no fontanero, su teórica profesión definitiva; y se le conocía simplemente como Jumpman (algo así como saltarín). Su cometido era rescatar a su novia, Lady (posteriormente rebautizada como Pauline), de las garras de un enorme gorila encaramado en lo alto de un edificio en obras. Una vez liberada, el amor de Jumpman y Lady hacía florecer un corazón rosa sobre ellos. Se querían.





«Donkey Kong» fue un juego vanguardista, entre otros motivos, por ser el primero en ofrecer una historia. Pauline también abrió puertas. Ella fue el primer personaje femenino con diálogo, aunque fuera un simple “Help!” (¡Ayuda!); y la primera damisela en apuros, un género recurrente heredado de los cuentos tradicionales. Pauline, a pesar de sus méritos, es el gran personaje olvidado del universo de Nintendo; desaparecida ya desde la primera secuela, «Donkey Kong Jr.» (1982), el único juego con Mario como villano, enjaulando a su mascota, el gran gorila.

Aventura en solitario
El héroe de Nintendo pronto comenzó con su aventura en solitario. «Mario Bros.» (1983) inició los juegos de plataformas con desplazamiento lateral. Y enseguida, en «Super Mario Bros.» (1985), encontró a otra damisela en apuros por la que jugarse el bigote, la princesa Peach, valorada por la revista Forbes entre las mayores fortunas de la ficción. La relación entre Mario y Peach no es una historia de amor, sino un llamada del deber del fontanero para salvar al Reino Champiñón. La sencilla novia del entonces carpintero había quedado olvidada por completo.

Pauline, la novia que Mario abandonó para corretear tras la princesa Peach

Pauline regresó fugazmente en la revisión de Donkey Kong para la portátil Game Boy en 1994. Una década después, volvió en la serie de videojuegos de los mini Mario de juguete, con el fontanero metido a gerente de un parque de atracciones. En «Mario vs. Donkey Kong 2: March of the Minis» (Nintendo DS, 2004), Pauline estaba cambiada: ya no era un chica rubia aniñada con un recatado vestido rosa; sino una morena racial, con un provocativo vestido rojo ceñido. Aunque su rol no cambió. Volvió a ser una y otra vez raptada por el gorila celoso para reclamar su atención frente a la de su dueño Mario.

Pauline nunca se desprendió de su papel pasivo de personaje no jugable; a diferencia de la princesa Peach, que sí adquirió protagonismo también como una de las heroínas de los juegos. Olvidada, la primera novia de Mario, una de las pocas mujeres de la serie que no es princesa, solo regresó en algún cameo. Y Nintendo dejó claro su estatus definitivo: ya no había amor entre Mario y Pauline, ahora eran simplemente amigos.