Sweetie10, una niña para identificar a pedófilos

Sweetie10, una niña para identificar a pedófilos

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Sweetie tenía 10 años. Más de 20.000 personas contactaron con ella a través de un chat cibernético con el fin de satisfacer sus deseos sexuales, la mayoría hombres. Muchos de ellos estaban, incluso, dispuestos a pagar para poder verla mientras se tocaba a sí misma. Pero Sweetie era un niña especial: no existía, era un software informático.

Por Cristina Fernández/RNW

La niña virtual tiene nacionalidad filipina y ha servido para identificar a 1.000 personas de todo el mundo que buscaban interactuar con menores para llevar a cabo sus fantasías sexuales. Utilizando tecnología de última generación en imagen y sonido, Sweetie se hacía pasar por una niña real para rastrear los perfiles de presuntos pedófilos.





Detrás de esta iniciativa está la sede holandesa de Tierra de Hombres, una Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD), dedicada a la protección de los niños. En el vídeo de la campaña se puede ver a Sweetie frente a un ordenador escribiendo a través de un chat e incluso podemos oír su voz. (ver video)

“Queremos alarmar al gobierno, a las autoridad de que tienen que hacer algo en contra de este delito”, declara Talinay Strehl, oficial de derechos de los niños en la oficina de la ONGD en La Haya. Y es que, desde 2011, sólo seis personas han sido penadas por delito de ciberabusos a menores . “Un contraste tan grande, seis personas condenadas y el número de hombres en Internet buscando este tipo de interacción con niños”, comenta la entrevistada por RNW.

Para crear a Sweetie, Tierra de Hombres ha recurrido a empresas profesionales de animación virtual. La modulación de la voz de la niña estaba conectada con la voz de los programadores que la controlaban mientras estaba online. La nacionalidad fue elegida en base al alto turismo sexual que hay en Filipinas: “Hablan relativamente bien el inglés; hay una gran parte de la población que vive en una situación de extrema pobreza y en las Filipinas hay un gran acceso a Internet”, explica Strehl. (Escuchar la entrevista con Talinay Strehl, de Tierra de Hombres, Holanda)

Hay 1.000 personas identificadas

La niña nunca comenzaba las conversaciones, pero más de 20.000 personas la contactaron con el fin de abusar de ella. Desnudarse, describir cómo se tocaba o iniciar una vídeo conferencia para poder verla mientras los pederastas se masturbaban, eran algunas de las exigencias a Sweetie.

Los programadores de Tierra de Hombres pudieron identificar a 1.000 personas del total que se acercó a su alias en chats, “la mayoría eran hombres, digamos que el 99% eran hombres, pero también hemos encontrado una mujer”, revela Strehl.

A partir del momento del contacto, los responsables del proyecto investigaron sus identidades a través de los datos que suministraron los hombres, nombres, cuentas de correo electrónico y localizaciones, entre otros. La búsqueda en Internet confirmó que se trataba de esas personas. No hubo hacking o prácticas ilegales, “estos hombres no sienten ningún tipo de miedo de ser perseguidos por hacer lo que hacen, de poder ser captados por autoridades”, comenta Strehl.

Y es que la publicidad de nuestros datos en Internet o redes sociales permite identificarnos fácilmente. Estamos globalizados, somos accesibles a través de todo acceso a Internet, y en la mayoría de los casos, no somos conscientes de lo que esto puede significar. Incluso los pederastas, los abusadores, dejan rastro en el mundo virtual.

Actualmente, Tierra de Hombres ya no tiene los datos obtenidos de las investigaciones, “hemos dado todos los datos a las autoridades policiales. Ahora, ellos tienen que tomar acción y ver cómo usarlos”, especifica la entrevistada.

Francesc Xavier Moreno, Doctor en Psicología y profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, valora la iniciativa de Tierra de Hombes: “no sé si este tipo de acción puede tener efectos legales, pero sí que puede ser muy útil para crear sensibilidad y de esta forma, que las administraciones pongan solución al problema”.

¿Y quién contactó con Sweetie?

No hay un perfil general del tipo de hombres que buscan a niñas como Sweetie. En la recopilación de información de la ONGD, hay hombres de diferentes edades y países (al menos 71 nacionalidades) de muy diversa condición económica, “lo que demuestra la urgencia del problema”, según Strehl. La oficial de derechos de los niños especifica que la mayoría procedía de países occidentales, pero que también hubo contacto desde países asiáticos como India.

Para adentrarnos un poco más en el perfil psicológico de este tipo de personas, hay que distinguir entre pedófilos y pederastas. Moreno añade que “cuando hablamos de pedofilia o pederastia, hablamos de personas de más de 16 años, por definición”. Los primeros tienen una patología, un trastorno mental que se recoge en manuales internacional de psicología. Los pederastas, además, ejecutan los abusos sexuales a niños.

“Encontramos un perfil de una persona inmadura, con miedo a las relaciones sexuales con adultos, personas con profundos sentimientos de inferioridad en cuanto a su relación con los demás y con muy baja autoestima”, describe el doctor Moreno, y en ocasiones los mismos abusadores han sido víctimas durante su infancia o juventud. Además, las relaciones sexuales con niños les permiten mantener el dominio, lo que les produce gratificación.

Internet también puede ser un enemigo

La expansión de la red y la generalización de su uso, fácil y relativamente barato, han abierto nuevas vías para pedófilos y pederastas: Internet se ha convertido en un laberinto en el que pueden esconderse materiales y acceder a pornografía infantil.

Los chats, foros o lugares de almacenamiento facilitan el acceso a las víctimas. Este tipo de trastorno ha existido siempre, pero en el siglo XXI no hay fronteras. La puerta virtual amplía las opciones de estos delincuentes que buscan ejecutar sus deseos sexuales con menores: “los medios electrónicos han aumentado muchísimo más la conducta porque la ha favorecido”, comenta Moreno.

“Cualquier niño en cualquier lugar del mundo es una potencial víctima de la pederastia”, añade Moreno. “Se puede hacer más, pero detrás de la pederastia está el crimen organizado, y es un tipo de negocio criminal en el que se mueve muchísimo dinero”. “Un pederasta siempre deja rastro, y mientras sea así, se puede llegar hasta él”, concluye Francesc Xavier Moreno.

Sweetie era sólo una niña virtual, una creación artificial, pero detrás de esta historia se encuentran miles de niños que día tras día sufren abusos a través de Internet. Pueden ser menores obligados, sin ninguna otra opción para sobrevivir, utilizados por sus familias o por mafias, pero también niños inocentes que acceden a Internet sin vigilancia, sin conocimiento de quién les contacta. En incontables situaciones, la infancia de miles de niños se disuelve a través de conexiones virtuales, ésas que nos resuelven la vida en tantos otros momentos.