El cese de actividades académicas en la Universidad del Zulia (LUZ) llegó a su final el pasado viernes. Fueron 60 días hábiles en los que 65 mil estudiantes de los núcleos Maracaibo, Costa Oriental del Lago y Falcón quedaron en el “limbo”, a merced de las decisiones de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios (Fapuv), gremio que convocó al paro en la educación superior.
Exámenes pendientes, culminación de semestres atrasadas, graduaciones pospuestas y hasta el robo de aulas y laboratorios de esta casa de estudios fueron solo algunas de las consecuencias de esta huelga que se inició, a escala nacional, el pasado 29 de mayo.
Al respecto, la subsecretaria de Educación del estado Zulia, Flor Cristalino, consideró que sí se puede protestar para exigir derechos, pero no al cerrar la universidad. “Es un paro ilegítimo, antiético y antimoral porque comenzó para reclamar reivindicaciones de aumentos de sueldos y laborales, pero luego de firmarse la contratación colectiva que benefició al sector universitario decidieron mantener este paro”.
Mientras la universidad estuvo cerrada y los profesores avanzaban en mesas de negociación con el Ministerio de Educación Universitaria, en Caracas, el hampa hizo de las suyas los laboratorios y aulas de LUZ.
En julio pasado hurtaron lupas, impresoras y laptos de la escuela de Biología Pura. A la par hurtaron cables que surten de electricidad al departamento de la escuela de Física Pura. En agosto también robaron cableado de los aires acondicionados de Derecho.