Damián Prat C.: Siguiendo la huella nazi

Las películas de la II Guerra Mundial han ayudado a dejar la imagen unidimensional de Hitler como un dictador guerrerista protagonista principal de una guerra brutal que asoló Europa, el norte de África, parte de Asia y Norteamérica a la distancia.  También se le asocia -y con toda razón- con el holocausto judío y sus seis millones de asesinados.  Ambos aspectos fueron reales y verdaderos. Terribles realidades.   Sin embargo, hay otra parte de esa historia de la que se conoce menos: los orígenes del movimiento nazi;  la forma en que llegó al poder, del asombroso caso de cómo logró fanatizar a una gran parte del que para la época era el pueblo más culto de Europa para hacerlo partícipe de matanzas tan horrendas y de una guerra de dominación tan espantosa.  Fanatizó a millones.  Logró manipular  a otros millones para que no hicieran oposición activa.  Incluso logró durante varios años que la “otra” Europa le “dejara hacer” sin ponerle freno a tiempo.   Algunos hasta le aplaudían o “comprendían” incluso en Inglaterra.  Otros, como Stalin, pactaron con él calculando las ventajas de ver en guerra a sus enemigos destruyéndose entre sí.  Ese cinismo les costó millones de muertos y casi hasta la existencia del país.

Hay numerosos buenos libros y films acerca de esos aspectos.  También hay reportajes que leer que ayudan a comprender mejor ese capítulo tan triste de la historia moderna de la humanidad.   A muchos, entre ellos los mas jóvenes, les sorprenderá saber que Hitler intentó primero un “golpe de estado”. Que fracasó.  Que la República de Weimar no lo sancionó.  Que luego (en un país azotado por una gran crisis económica mas la humillación de la posguerra anterior) ganó unas elecciones parlamentarias (enero de 1933) aunque sin mayoría absoluta, con algo mas de un tercio de los escaños parlamentarios. Que con una alianza con grupos de centro logró formar gobierno. Que convocó otras elecciones (marzo de 1933) donde usó todos los recursos y dineros públicos, mas el abuso de sus fuerzas de choque y de la policía que azotaban los mitines y reuniones de sus adversarios social demócratas y comunistas quienes jamás unieron fuerzas.  Que montó acusaciones de “conspiración” contra ellos.

Ganó las elecciones con mas ventaja (46%) pero de nuevo sin mayoría a pesar de todo el ventajismo, el terror y los abusos. La centro derecha le ofrecía pacto pero con condiciones de garantías democráticas.  No aceptó.  Entonces recurrió a dos atropellos:  1.-  Hizo quemar el “Reichstag” (parlamento) pero acusó del incendio a un extraño sujeto, algo retardado pero militante comunista holandés.  Con eso ilegalizó al partido comunista y a sus 80 diputados.  También a muchos social demócratas de centro izquierda. Anuló sindicatos aguerridos y los sustituyó por sus grupos “camisas pardas”. Controló la prensa. Logró una “mayoría” parlamentaria impuesta.  Entonces hizo aprobar a la fuerza una Ley habilitante que anulaba al  parlamento y le daba todos los poderes.  Se llamaba “Ley para la Defensa de los Derechos del pueblo”. Je je je.   Hitler también hablaba en nombre “del pueblo”. Declaró “enemigos del estado” a los opositores a los que acusó de “conspiradores”. Disolvió el parlamento.





A partir de allí, con sus grupos de choque de la SA, el control de ejército, la policía, el poder judicial, impuso el terror. Aprovechó el atávico odio anti judío y los convirtió en “el enemigo de la patria”. Ilegalizó todos los partidos de izquierda, centro izquierda, centro y derecha. Apeló a la “anti política” para popularizar esos atropellos.  Desató el nacionalismo militarizando fábricas, escuelas y universidades. Declaró “enemigos” a los que no se afiliaran al partido nazi y se decretó su expulsión de empleos públicos. Organizó a los “sapos” bajo el argumento de “vigilancia popular contra los enemigos del pueblo y el estado”. Luego vino la guerra. Anexión de Austria e invasión de Polonia. Pacto “de no agresión” con la URSS de Stalin. Le dio mano libre para la invasión de Francia. Dominado el “frente oeste”, invadió Rusia. Grandes avances pero frenado por el invierno y la resistencia.  Gran Bretaña resistió. Entró EEUU en la guerra.   Auge y caída.  El Reich no duró “mil años” como prometía. Apenas una década, solo que desastrosa.

TIP  1:   “Tarde y mal” es el título de un artículo-análisis escrito en El País de España por Javier Solana,  ex secretario general de la OTAN, ex dirigente socialista del Psoe, ex ministro de los gobiernos de Felipe González, ex secretario general de la Unión Europea.  Critica la indolencia de Europa, EEUU,  la ONU en actuar temprano, meses atrás, con duras presiones diplomáticas junto con la Liga Árabe, para impedir la guerra civil y la matanza desatada por Bachar Al Assad en Siria. Critica que ahora venga como “solución” la intervención militar.

TIP  2:  La guerra nunca es “una solución” deseable.  Pero de allí al extremo cinismo de los jerarcas rojos del gobierno venezolano hay una enorme distancia.  “Es la autodeterminación de los pueblos”, arguyen con gigantesco cinismo.  ¿Cómo ejerce la “autodeterminación” el pueblo sirio ante una feroz dictadura que para colmo, prefirió desatar la matanza de su propio pueblo antes de ceder en cambios democráticos?.   Estos rojitos que además son falsos (claman contra la “intervención imperial” pero no cesan de vender petróleo “al imperio”) siempre apoyan a cuanto sátrapa haya en el planeta.  Al Assad, Gadafi, Mugabe, Ahmadinejead, Saddam Hussein, Fidel, Idi Amin.

TIP  3:   ¿Trabajo esclavo?  Ya se ha escrito con el caso en Venezuela, pero ahora que Brasil decide contratar a médicos de varios países para suplir un déficit, resurge el caso cubano.  Es una forma de trabajo esclavo.  Brasil le va a pagar al gobierno de los Castro 4 mil 80 dólares al mes por cada médico cubano, pero el médico solo recibirá el 7% de ese total.  Menos de 300 dólares. Financian el fracaso económico de su “modelo” con el alquiler de mano de obra calificada pero esclava. El salario del médico en Cuba es de unos 30 dólares al mes. Por eso todos se anotan pese al gigantesco robo que les hace su gobierno. Muchos aprovechan y se escapan al estar en el extranjero.  Otros no lo hacen porque les dejan a la familia en Cuba. Una especie de rehenes.

Tomado de Público & Confidencial