Recorre las zonas erógenas de tu hombre

Recorre las zonas erógenas de tu hombre

A lo mejor creés que los hombres solo tienen una zona erógena: el pene. Pero si querés convertirte en una amante verdaderamente sensacional tenés que ser un poco más creativa. Explorá cada centímetro de su cuerpo, y no solo pensará que sos fantástica en la cama, sino que se sentirá más inclinado a devolver el favor, lo cual tiene que ser bueno.

Cuero cabelludo





Hay muchísima tensión acumulada en el cuero cabelludo, y un buen masaje en la cabeza hará que casi todos los hombres se derritan mientras los liberás de su estrés.

Orejas

Mordelas suavemente, chupá y soplá en y alrededor de ellas. No le metas la lengua si no estás segura de que le gusta.

Labios

Exitalo pasando sensualmente la lengua sobre su labio inferior. Probá morderle con suavidad uno de sus labios o succionarlo al interior de tu boca. Plantale besitos. Experimentá con diferentes estilos de besar.

Cuello

Los besos suaves y arrastrados por el cuello hacen que a casi todos los hombres se les aflojen las rodillas. Ni se te ocurra darle un bocado que deje marca. ¿Acaso tenés quince años?

Hombros

Frotale los hombros mientras lo llevás a la cama y sé creativa con ellos durante el sexo. Cuando vos estés arriba y en pleno acto, dejá que tu pelo los roce.

Dedos

El viejo truco de chupar los dedos es un clásico, pero a los hombres les encanta porque les hace pensar en el sexo oral. Si sos capaz de mantener la cara seria, miralo a los ojos mientras lo hacés.

Pecho

Probá a lamerselo y besale todo el cuerpo mientras te encaminás hacia el sexo oral. O pellizcáselo suavemente con una mano. Variá la presión para ver qué le gusta.

Pene

El glande (la cabeza) es por lo general la parte más sensible de su pene. Prestá especial atención a la corona (la cresta que va alrededor del glande) y al frenillo, que es esa especie de cordelito que hay bajo el glande.

Escroto y testículos

El escroto es el “saco” que contiene los testículos. Algunos hombres lo tienen demasiado sensible para tocarlo, pero a otros les encanta que se lo acaricien. Manejalos siempre con mucho cuidado, porque son delicados.

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