Luis Manuel Aguana: La agresión de las sombras

Luis Manuel Aguana: La agresión de las sombras

No se puede dejar pasar esta nueva agresión de las fuerzas de la oscuridad y la barbarie en contra de “las casas que vencen las sombras”. Nótese el plural porque si el himno de nuestra principal casa de estudios, la Universidad Central de Venezuela, es el que especialmente pone de relieve la casa que vence las sombras, todas las demás representan también ese poder del conocimiento sobre la ignorancia y de la luz sobre la oscuridad.

Mientras los Ministros de este régimen se encapuchaban para quemar autobuses a las puertas de la UCV, intentando imponer la barbarie sobre el conocimiento, la Universidad siempre logró triunfar. Ahora esos mismos encapuchados, que ahora tienen el poder, mandan a sus discípulos a quemarlos, ya no a las puertas de la Universidad sino dentro del propio Rectorado.

Muchos dicen que se debe dialogar con estos “egresados”. Mi opinión es que debería  existir la figura de la “excomunión universitaria”, una suerte de castigo semejante al que aplicaba la Iglesia Católica a aquellos que renegaban de la Fe, y que se aplique igualmente a cualquiera que olvidando su condición universitaria reniegue de los valores fundamentales de su Alma Mater, casa de donde aprendió lo que sabe para desenvolverse en la vida.





A ese “excomulgado” se le borraría como castigo de los registros de la Universidad y se le desconocería como universitario en cualquier ámbito profesional. Sin embargo, y afortunadamente para ellos, estamos en el Siglo XXI donde existe la civilización y ya esos castigos ejemplares no se dan, como se daban en el pasado en la Iglesia Católica. Pero sería lo más apropiado para los Ministros de este régimen, porque el Ilegítimo no es universitario porque no le dio la gana ya que bastantes oportunidades le dieron en la democracia para serlo. Será por eso su odio hacia todo lo académico.

Todos ellos se olvidaron que quemaron autobuses en nombre de la autonomía universitaria que ahora desconocen, que la Universidad les dio un título sin verles su credencial ideológica, y que ese olvido criminal incluye que fueron protegidos por su presupuesto cuando eran perseguidos por la policía política del gobierno de entonces. Porque eso es lo que hace una madre con sus hijos, protegerlos aun cuando algunos de ellos resulten ser unos malagradecidos delincuentes.

Pues bien, ahora en nombre de aquella bandera socialista que sostenían cuando le prendían fuego a los autobuses, y que la Universidad les toleró, ya que el concepto era precisamente que se aceptaran todas las ideologías en la casa de la universalidad de las ideas, esta gente ha ido paulatinamente asfixiando las instituciones universitarias hasta llegar al punto de no retorno.

No pudieron controlar el gremio universitario desde adentro ni a sus estudiantes con elecciones porque allí no estaba el CNE. Ahora ensayan el trabajo sucio desde afuera, dejando que la Universidad muera de mengua presupuestaria, azuzando las llamas con una inconstitucional Convención Colectiva Única del Trabajo, haciendo que todos quienes queremos una Universidad libre y autónoma, salgamos a protestar a las calles.

Pero esta estrategia se parece mucho al pito de Chávez por televisión despidiendo a los gerentes petroleros en cadena nacional, provocando la misma confrontación. La idea es que se produzca ese efecto para apoderarse de la institución universitaria venezolana como se apoderaron de PDVSA. Desean que haya muertos en las calles para endosárselos a los Rectores y profesores.

Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos porque que esta vez se estarían apoderando de algo muchísimo más valioso que el petróleo y los reales de la petrochequera. Se estarían apropiando de la formación de nuestros jóvenes, sometiendo su educación a la obediencia autoritaria de un régimen comunista. Y eso mis estimados amigos, es la última frontera.

Vamos a ir a la marcha en defensa de nuestras Universidades a pesar de que ellos sepan que nosotros sabemos lo que pretenden. Que si bien sabemos que un profesor universitario gana un salario de hambre porque estos delincuentes han querido por años arrodillar la esencia universitaria, que sepan que no es solo por eso que se lucha. La dignidad no es un renglón de la nomina del recibo de pago de un profesor, un empleado o un obrero universitario.

Los grupos violentos del gobierno y los cuerpos de seguridad intentarán desvirtuar la esencia pacífica de esta lucha justa de las Universidades. No hay que darles el chance. No se puede caer en el juego perverso del régimen y permitirles una intervención de la Universidad, que es lo que al final están cocinando. Es importante que se evalúen las acciones que se están llevando a cabo y que pueden ser la excusa perfecta que están esperando que les permita hacer lo mismo que hicieron con PDVSA.

La lucha debe y tiene que ser más inteligente que la que está planteando el régimen. Los encapuchados que hoy nos gobiernan no aprendieron nada de su Universidad. Nunca gobierno alguno doblegó el espíritu de la Universidad venezolana. Las protestas de sus estudiantes y profesores siempre recibieron las simpatías del país nacional. Y es por eso que el régimen les teme. Y les teme demasiado. Por allí se les puede escapar el control del país. Es por eso que les urge el control de la institución universitaria.

Controlaron a la oposición comprando a sus dirigentes con elecciones, controlaron Globovisión comprando la empresa, controlaron a los militares desarmando a la institución militar y a quienes en su seno podían ser una amenaza, controlaron a PDVSA despidiendo a sus gerentes y trabajadores, pero no han podido controlar a los universitarios ni al resto de la sociedad y están tratando de aplicar la misma técnica para doblegar a quienes no se venden. Creen que si no hay protestas estudiantiles en las calles el resto de la sociedad no será capaz de atreverse a protestar. Eso es un mal cálculo cubano que desestima la esencia de la sociedad civil venezolana.

No hay que seguirle regalando instituciones al régimen a pesar de que nuestros dirigentes políticos estén engolosinados con elecciones periódicas que creen que pueden ganar. El régimen sabe que hay valores universitarios no negociables como la autonomía universitaria de rango constitucional. Por eso empuja a los universitarios a una confrontación. Pues bien, no rehuimos la confrontación pero en el terreno universitario, no en el del gobierno. Creo que la dirigencia universitaria es lo suficientemente sagaz para percibir esa trampa y enfrentarla.

Pero aquellos universitarios que la han montado y han sido participes de ella, por mi ya habrían sido “excomulgados universitarios”, que no merecen haber recibido un titulo de una Universidad precisamente porque se constituyeron en la sombra que el himno de la UCV refiere y que la Universidad siempre vencerá cada vez que un verdadero universitario lo entone.

 

Caracas, 27 de Junio de 2013

 

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