El sexo entró por la puerta grande del Festival de Cannes con filmes mexicano y francés

El sexo entró el jueves por la puerta grande del Festival de cine de Cannes con dos filmes en concurso por la Palma de Oro, “Heli”, del mexicano Amat Escalante, quien ve “el sexo como única esperanza”, y “Jeune y Jolie”, del francés François Ozon, sobre la prostitución de una parisina de 17 años de buena familia.

(foto AFP)

La película de Escalante –la única latinoamericana que aspira este año a una Palma de Oro– es un retrato del devastador impacto del narcotráfico y la corrupción en una sencilla familia trabajadora en la región de Guanajato, centro de México.

Es quizá esa realidad tan oscura que le rodea, y que él retrata con toda la dosis de sufrimiento, dolor, sangre y tristeza que conlleva –y lo hace con un dominio inusitado para un realizador de 34 años–, que hace que Escalante asegure que “la única salvación viene del sexo”.





“El sexo es la gran esperanza que nos queda, todo puede ser salvado o destruido por el sexo”, declaró Escalante a la prensa en Cannes, donde su filme, coproducido junto a varios países europeos, se estrena mundialmente este jueves por la noche en el majestuoso Palacio de Festivales.

Este es el tercer largometraje de Escalante, quien subirá las escalinatas del Palacio acompañado de su equipo, entre ellos el joven actor Armando Espitia, que interpreta a Heli, y Andrea Vergara, de 13 años, que hace el papel de hermanita del protagonista y es violada por policías.

Si bien la violencia es protagonista, el papel del sexo, negado o consumado, acompaña la evolución psicológica de los personajes a lo largo de todo el filme. “Me interesa la relación entre muerte, sexo y violencia”, comentó Escalante a la prensa.

Pese a su buena factura, la violencia explícita de esa película, cuyo título evoca el infierno (“hell”, en inglés), harán probablemente que algunos invitados –cineastas, actores y figuras de la industria del cine– se digan, traumatizados, que mejor hubieran ido a cenar al restaurante de algún Palacio de Cannes que ser testigo de terribles escenas de tortura.

Una periodista evocó incluso, en la rueda de prensa, que tras ver el filme en el pase de presa la víspera, había anulado su viaje a México previsto para este verano boreal.

“Estoy tratando de filmar de una manera que no ha sido hecho antes, para atraer la atención sobre una situación de violencia que existe, y que si no la ventilamos, si la escondemos, nunca podrá ser resuelta”, dijo.

Por su parte, “Jeune et Jolie”, la película de Ozon, la primera de cuatro producciones francesas en concurso por la Palma de Oro, esboza el retrato de una adolescente, la bella Marine Vacth, que se sume en la prostitución sin necesidad, sin un motivo que se entienda, como Catherine Deneuve en “Belle du Jour”, la gran película filmada por Luis Buñuel en 1967.

Isabelle, joven estudiante –Lea para los clientes–, contacta a hombres maduros vía internet. “¿Eres estudiante? Ah, es la crisis”, dice uno de ellos, refiriéndose a un creciente fenómeno en que estudiantes ejercen la prostitución ocasional para costearse sus gastos.

“La idea era hacer un retrato de una joven de hoy anclada en una cierta realidad, pero sin dar todas las respuestas, compartir con los espectadores el misterio de Isabelle”, declaró Ozon tras el pase de prensa de su filme, que fue acogido con aplausos.

El filme de Amat y el de Ozon han traído un primer perfume de escándalo a este Festival, que se abrió la víspera con brillo y fasto en la alfombra roja, con la proyección de la extravagante producción “El Gran Gatsby”, de Baz Luhrmann, que recibió tibios aplausos.

El sexo también se coló en los pasillos de la cita mundial del cine dos años después de que estallara el escándalo de Dominique Strauss-Kahn, en pleno Festival de Cannes.

El ex jefe del FMI volvió a dar que hablar en este balneario de la Costa Azul, donde se dieron a conocer las primeras imágenes de la película de Abel Ferrara “Welcome to New York”, que narra su caída.

Los productores hicieron circular en los pasillos del festival unas imágenes muy sexuales del filme, protagonizado por Gerard Depardieu, que encarna a DSK –cuyo nombre nunca se pronuncia–, y por la actriz británica Jacqueline Bisset como su esposa. AFP