Tamara Suju Roa: Venezolanos, un minuto de silencio en esta locura colectiva

Tamara Suju Roa: Venezolanos, un minuto de silencio en esta locura colectiva

¿Ha estado usted alguna vez en un lugar donde el silencio es tal que lo aturde? Dónde al no escuchar nada un “zumbido” le atraviesa los oídos y es capaz de conectarse con los latidos de su corazón? Hay personas que pueden lograr esto con la simple meditación, o ejercitando el yoga por ejemplo, pero también muchos de nosotros en algún momentos de nuestras vidas hemos experimentado una calma extrema, lejana a este mundo convulsionado que nos ha tocado vivir y que nos ha permitido internalizár sentimientos, pensamientos, ideas e incluso conseguir soluciones.

Pues bien, creo que todos los venezolanos necesitamos un minuto de silencio -tiempo que cada quien necesite- lejos de la bulla electoral, para analizar y sincerarse consigo mismo en este tiempo tan dramático que vivimos, a muy pocos días de decidir cual es el gobierno que regirá nuestro futuro.  Es usted quien decidirá si Venezuela sale de este atolladero en el que estamos metidos por la mala política económica y social, donde cada uno de los ya casi 27 millones de compatriotas tiene una historia que contar, sobre inseguridad, inflación, desempleo, malos servicios públicos, la falta de independencia de las Instituciones del Estado, amedrentamiento y persecución por ejercer y exigir sus derechos, entre otras cosas.

En ese minuto de silencio consigo mismo, sea honesto.  Nadie lo ve ni lo escucha.  Pregúntese, si estos señores que hoy están “encargados del poder” tienen capacidad para regir el destino de usted y los suyos por los próximos 6 años. Imaginen -sin olivar que ya tienen 14 años ejerciendo la presidencia- a Venezuela en 6 años más, y pregúntense si con ellos hay posibilidades de vivir en un país en paz, sin discriminación ni odio, donde nuestras riquezas sean usadas para nuestro progreso y bienestar, sin el despilfarro y la regaladera descarada que hemos presenciado y que no se justifica de ningún modo, porque antes que la ayuda, solidaridad, despliegue de propaganda para ganar simpatizantes internacionales, está Venezuela y los venezolanos. Si usted ha sido beneficiado por algún programa en estos 14 años, bien, disfrútelos, pero tome conciencia del costo que para su libertad como individuo, sobre todo su libertad de conciencia, ha significado.  Los derechos, nunca deben ser condicionados y nadie debe “cobrárselos”. Los derechos no pueden ser transformados por un régimen que pretende eternizarse en el poder, en privilegios que sólo se otorgan a quienes bajan la cabeza y se callan la boca.  Los derechos son y deben ser para todas las personas por igual, cosa que ha practicado Henrique Capriles en su vida y en todos sus mandatos populares que le ha tocado desempeñar con éxito.





La razón debe superar la locura colectiva que embarga a nuestra sociedad, donde los valores se invierten, donde la cultura que se trata de imponer es ajena a nuestra idiosincracia, y la historia que se trata de enseñar e implementar es manipulada, torcida e ideologilizada. Será  difícil pero no imposible -siempre y cuando haya un cambio en el timón político- poner orden en las Instituciones, buscar soluciones para los males que agobian a nuestro convivir diario, pero sobre todo, el próximo gobierno tiene la responsabilidad de  buscar a toda costa la contención de la  debacle económica que nos empobrece e hipoteca nuestro futuro y el de nuestros  hijos y nietos.

No es cierto que el actual Presidente encargado sea el heredero ideológico, la extensión de  Hugo Chavez como quieren hacerlo ver.  Chávez en 14 años gobernó sólo, impartiendo órdenes directas, acabando casi con la descentralización y donde es bien conocido porntodos que en su gobierno nadie se atrevía a mover un dedo sin su consentimiento.  Todo tenía que ser aprobado y controlado por él.  Creo no equivocarme al decir que jamás pensó que la enfermedad que padecía  terminaría por llevárselo, por lo que hasta el último momento no delegó  ni el poder ni las responsabilidades.  Aquel día que bajo del avión para levantarle la mano al escogido de los Castro, fue porque ya sabía que estaba muy grave y que cualquier cosa podía pasar en la operación.  ¿Que lo llevó a escoger a Maduro? Un año de convalecencia y cuasi-secuestro en Cuba puede darnos la respuesta.

Por lo tanto, estimados lectores, sin color político ni  fanatismo: póngase la mano en el corazón y piense: ¿Cual de los dos candidatos tiene la educación y preparación, la capacidad,  pero sobre todo la vocación de servicio y humildad necesaria para ser su próximo presidente? A quien le entregaría usted el futuro de sus hijos y nietos para que lo eduque y lo lleve por el camino del progreso, con los valores y principios que exigen estos tiempos modernos en este mundo multipolar, donde el conocimiento, el respeto a los derechos humanos universales, la diversidad y sobre todo a las libertades individuales son ya el camino que siguen los  países del mundo cuyo desarrollo va en progreso constante, basado en el respeto y reconocimiento del otro.

En ese minuto de silencio que usted tendrá para votar el 14 de abril, caerá la responsabilidad que todos tenemos de tomar la decisión correcta para el futuro de las siguientes generaciones. ¿Comunismo o Democracia? Decida usted.