Las ONG, la última obsesión de Putin

Las ONG, la última obsesión de Putin

Las ONG, especialmente las financiadas desde el exterior, se han convertido en la última obsesión del presidente ruso, Vladímir Putin, que ha ordenado una campaña masiva de registros que le han granjeado duras críticas de Occidente.

Ignacio Ortega/EFE





“Nosotros simplemente queremos que digan: ‘Sí, nos dedicamos a la actividad política y recibimos financiación exterior’. ¿Acaso la sociedad no tiene derecho a saber quién y para qué recibe dinero?”, dijo Putin a la prensa antes de viajar a Alemania.

Putin, que promulgó el pasado año una ley que obliga a registrarse como “agentes extranjeros” a aquellas ONG que reciben financiación del exterior, mantiene que Occidente las utiliza para la injerencia en los asuntos internos de Rusia.

“¿Se imagina cuánto dinero recibieron en sus cuentas organizaciones en los cuatro meses que van desde la aprobación de la ley? No se lo puede imaginar y yo tampoco lo sabía: 28.300 millones de rublos. Casi mil millones de dólares”, comentó a la prensa alemana.

El Ministerio de Justicia de Rusia consideró que las ONG necesitaban más tiempo para adaptar sus actividades al nuevo marco legal, pero Putin discrepó de esa opinión y en una reunión en febrero con miembros del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) ordenó el comienzo de la campaña de inspecciones.

“El objetivo es presionar a las ONG para que nos registremos como agentes extranjeros. Esta campaña es un paso destinado a destruirnos”, aseguró a Efe Lev Ponomariov, uno de los más veteranos defensores de los derechos humanos en este país.

Director de la organización “Por los Derechos Humanos”, Ponomariov mantiene que la mayoría de las ONG se niega a acatar la ley y el pasado 6 de febrero recurrieron al Tribunal de Estrasburgo, lo que indignó al jefe del Kremlin.

“Putin no lo conseguirá. Nadie cederá a las presiones. Las inspecciones son ilegales. La Fiscalía no puede venir y registrar nuestras oficinas sin motivo. La ley sobre agentes extranjeras es totalitaria y anticonstitucional”, asegura.

Ponomariov fue aún más lejos y se ha negado a entregar a los funcionarios de la Fiscalía los documentos sobre las actividades de su organización, por lo que ésta ha incoado un caso administrativo contra el activista.

“Esto forma parte de una retórica populista con la que Putin quiere reforzar su apoyo popular buscando enemigos del pueblo interiores, una especie de quinta columna. Y nosotros somos ideales para ello, ya que recibimos dinero del exterior”, subraya.

La organización Ágora asegura que centenares de organizaciones han sido inspeccionadas en las últimas semanas en 47 regiones rusas, registros durante los que los agentes se han incautado de ordenadores, memorias externas y otros documentos.

“Los fiscales dicen que quieren comprobar si las ONG no violan la ley sobre extremismo, pero en realidad están buscando agentes extranjeros”, señaló a Efe el director de Ágora, Pável Chíkov.

En su opinión, la Fiscalía no logrará su objetivo con la campaña de desacreditación e intimidación, y pronostica que en los próximos meses muchos activistas recurrirán a la Justicia ordinaria, al Supremo y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Chíkov considera que, aunque nadie espera milagros, es importante que la canciller alemana, Angela Merkel, exprese el domingo a Putin su indignación por la persecución de las ONG, algunas de las cuales están financiadas con dinero alemán.

“Un Estado que realiza estas prácticas no tiene lugar entre las democracias civilizadas”, resalta.

El Gobierno alemán confirmó que Merkel planteará este asunto en su entrevista con Putin y advirtió de un posible deterioro de las relaciones bilaterales, ya que entre las organizaciones registradas figura la Fundación Konrad Adenauer, afín a la oficialista Unión Cristianodemócrata.

Por este motivo y también por la involución democrática desde el retorno de Putin al Kremlin, el partido de Los Verdes y otras ONG internacionales como Amnistía Internacional anunciaron protestas contra Putin el domingo en Hannover.

Mientras, Putin se mantiene en sus trece y acusa a la prensa internacional de asustar a la opinión pública y de inventarse denuncias de confiscaciones y detenciones.

“Aunque, quizás habría que confiscar si la gente infringe la ley. Hay una serie de sanciones administrativas estipuladas que considero que se enmarcan plenamente en unas reglas civilizadas”, resaltó.

Putin asegura que una ley similar sobre agentes extranjeros fue aprobada por Estados Unidos en 1938 y destaca que en Rusia existen más de 650 organizaciones no gubernamentales, cuando Moscú sólo cuenta con dos ONG que operan en el exterior: una en París y otra en EEUU.EFE