En guantes, en el reloj o en los lentes; los smartphones buscan ocultarse

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Algunos son casi dignos de ser considerados como astucias de James Bond, pero el objetivo es normalmente estético: las empresas apuestan por los accesorios ocultos para smartphones. Los teléfonos pueden esconderse ahora en un guante, en un sombrero e, incluso, en una uña.

Sophie Estienne/ AFP

La uña en cuestión es presentada en el salón de electrónica CES que se está celebrando en Las Vegas por la start-up Techtips. Concebida en un material específico, esta uña sintética sirve de pluma de precisión y evita los errores causados por dedos demasiado gruesos en las pantallas táctiles.





“Está siempre con nosotros, y las mujeres tienen ya uñas falsas”, indica a la AFP Sri Vellanki, dermatóloga e inventora del concepto.

La “nanonail” (miniuña) se pega como cualquier otra uña artificial y pasa totalmente desapercibida bajo una capa de esmalte. Soporta la acetona de los disolventes y pasa sin problemas bajo la ducha. “La uña debería ser bonita, no quería que las mujeres se la pusieran por obligación”, explicó Vellanki.

La creadora espera lanzar el producto al mercado de aquí a tres o cuatro meses: “Nos gustaría pasarle la licencia a algún gran grupo cosmético mundial. Pero si no lo conseguimos, lo venderemos en nuestra página web”, se conforma.

La empresa austríaca SunnyBag se preocupó más por la alimentación eléctrica.

Sus bolsos de mano hechos en cuero poseen igualmente paneles solares flexibles. Alimentan así un pequeña batería que sirve en caso de emergencia cuando la del teléfono móvil se queda a cero. También puede servir para recargar una máquina de fotos o cualquier otro dispositivo que pueda alimentarse a través de un puerto USB.

“Nuestro objetivo fue combinar la moda y lo funcional”, indica Kerstin Kurre, gestora del producto. “Cada mujer y muchos hombres llevan un bolso, y todo el mundo tiene problemas de batería”, explicó.

El filón que representa el auge de los teléfonos inteligentes no ha pasado desapercibido para los actores de la moda y de los accesorios, que integran ya auriculares en sus gorros u orejeras, proporcionando bufandas o guantes a juego.

La empresa estadounidense David and Young ha “convertido en un poco más teconológicos” algunos de sus sombreros, según su encargada de venta, Christine Basinski.

De su lado, la empresa italiana hi-Fun dio un paso más e “instaló un teléfono en sus guantes”, según explica Rick Sadofsky, el jefe de la firma Bullboat, que distribuye sus productos en Estados Unidos.

Son de apariencia muy clásica, en tela gris o negra. Sin embargo, cuando el teléfono suena, el guante izquierdo se pone a vibrar. Se descuelga entonces el teléfono apretando en un pequeño botón integrado en el puño, y después se pone el dedo pulgar a la altura de la oreja y el meñique delante de la boca: un altavoz está integrado en el primero, y un micrófono en el segundo.

Los guantes están unidos sin cables al teléfono inteligente por bluetooth, “una tecnología fácil, que funciona con la mayoría de aparatos”, subraya Sadofsky.

En vez de en unos guantes, otros fabricantes prefieren integrar las funciones del teléfono a un reloj, utilizando igualmente la tecnología bluetooth. Martian Watch, Pebble, I’m Watch: varios productos de este tipo fueron presentados en esta edición del CES, que vibran o envían una notificación en caso de llamada, y permiten acceder a ciertas aplicaciones del teléfono.

La compañía estadounidense Vuzix llamó la atención en el CES con un auricular sin hilo que actúa de teléfono, prolongado con un ramal que lleva una pequeña pantalla al nivel del ojo. Ésta refleja entonces la pantalla del teléfono inteligente al que está conectado el aparato, que será comercializado en el segundo trimestre de este año con un precio de alrededor de 500 dólares.

No obstante, Vuzix anunció también un proyecto más elaborado, que podría estar listo dentro de 18 meses y que fue presentado como el “santo grial” por David Lock, su responsable para la región Europa-Medio Oriente-África: unas gafas reales que permiten ver a través de los cristales pero, también, consultar de manera discreta la pantalla del teléfono del usuario o de cualquier otro dispositivo.